Los socialistas catalanes aprueban una comisión ejecutiva decidida de madrugada. Las aspas marcaban las cinco de la mañana cuando Miquel Iceta abandonaba el Palacio de Congresos de Barcelona. El secretario general de los socialistas catalanes salía satisfecho de la negociación que había mantenido durante la madrugada con su rival en las primarias, Nuria Parlón, para determinar la nueva dirección del PSC.
El resultado de esas conversaciones deja a Nuria Marín, alcaldesa L’Hospitalet de Llobregat, como número dos de un partido que seguirá encabezado por Miquel Iceta. Sin embargo, la nueva comisión ejecutiva aunará las principales sensibilidades existentes en la formación, al colocar a Nuria Parlón, rival de Iceta en las primarias, como responsable de la política municipal y formación del PSC. El otro gran cargo ha quedado en manos de Salvador Illa, que será responsable de organización.
Esta nueva dirección, que en total abarca a 49 personas, refleja el consenso al que han llegado – tras horas de tiras y aflojas – Iceta y Parlón. De hecho, la unidad es tal que es la única lista de dirección que se presenta este domingo durante la última jornada del congreso del partido, aunque debe ser ratificada por la mayoría de los allí presentes.
Es cierto que Iceta quería un equipo más pequeño, pero admite estar “feliz de haber fracasado” por poder “recoger e incorporar lo que han representado las elecciones primarias”, en relación al objetivo cumplido de contar con el visto bueno de Nuria Parlón.
De hecho, el secretario general del PSC ha agradecido a Parlón que “haya hecho posible este acuerdo” que deja al partido, según Iceta, “más unido, más fuerte y más útil para la sociedad catalana”.
Los únicos momentos en los que parecía que esa unidad no iba a poder celebrarse han sido cuando han salido a la palestra los nombres de Ángel Ros, actual presidente del partido, y Assumpta Escarp, hasta ahora responsable de organización y mano derecha de Iceta. Unos, afines a Parlón, querían una renovación en los dos cargos, mientras los afines a Iceta preferían mantenerlos.
El entuerto se ha resuelto al final manteniendo a Ángel Ros, y sustituyendo a Escarp por Salvador Illa.
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