Los basureros denuncian que están desbordados a pesar de que se doblan turnos y de que ACS ha alquilado camiones de gasoil prohibidos en el contrato. Contenedores a rebosar, empleados haciendo ‘jornadas maratonianas’, utilización de camiones de gasoil, a pesar de que están prohibidos en el contrato por ser contaminantes. Esta es la radiografía que puede hacerse de la recogida de basuras en Madrid, un servicio que se ha convertido en un auténtico caos desde el pasado sábado después de que la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, adjudicase a toda prisa el contrato de la periferia a una de las empresas de Florentino Pérez.
Miguel Ledesma, portavoz de UGT en el servicio de recogidas de basuras de Madrid, ya adelantaba hace un mes en declaraciones a ElBoletin.com los problemas que suponía el nuevo contrato, por la falta de camiones de recogida, y hoy recalca que “el tiempo nos ha dado la razón”: “Estamos desbordados y estamos teniendo muchos problemas para sacar el servicio”, se queja el representante sindical.
Estreno desastroso del que culpa directamente al Ayuntamiento de la capital y a Ana Botella por la “premura con la que se han hecho las cosas” haciendo notar que el contrato con la UTE formada por Urbaser (ACS) y Cespa (Ferrovial) se firmó el pasado día 15 de octubre para que entrara en vigor el día 1 de noviembre.
Y añade Ledesma que esta adjudicación es un “apaño”, un “parche” con el que la alcaldesa quiere ganar tiempo hasta 2015 cuando se firme el contrato definitivo, estando ya ella fuera de la Alcaldía, quejándose de que mientras tanto las consecuencias de sus “prisas” las pagan los ciudadanos y los basureros.
Camiones prohibidos
El sindicalista asegura que en su ‘desesperación, ACS ha alquilado camiones de gasoil en Alemania y Holanda y explica que el Consistorio ha autorizado “provisionalmente” su utilización a pesar de que están prohibidos en el contrato por ser contaminantes, sólo para poder sacar adelante el trabajo.
Finalmente, el representante de UGT advierte que las soluciones de las nuevas adjudicatarias “tienen un corto recorrido” y esperan que sean provisionales ya que “los trabajadores no pueden aguantar mucho tiempo a ese ritmo de trabajo, ya que el alargamiento excesivo de las jornadas laborales podría provocar un repunte de la siniestralidad, al ser éste un trabajo muy “físico”.
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