Nueva sorpresa del fondo de los eurodiputados: tiene un ‘agujero’ millonario que taparán los contribuyentes

El instrumento arrastra un déficit patrimonial superior a los 227 millones de euros. El fondo de pensiones no admite más aportaciones ni adhesiones desde 2009. El fondo de pensiones gestionado por la Sicav luxemburguesa que tanta polémica ha despertado esta semana en España y que ha conllevado, por el momento, la dimisión del eurodiputado de IU Willy Meyer, encierra una sorpresa desagradable para los contribuyentes: un agujero patrimonial de 227,7 millones de euros. Es decir, la diferencia entre sus compromisos de pagos y los activos disponibles para hacerlos efectivos.

Según los datos recabados por el diario británico The Telegraph, este déficit se correspondería con el cierre del ejercicio 2012 –últimos datos disponibles-. La cifra supone además un 87,6% más que el agujero que presentaba en 2008.

Aunque el secretismo ha rodeado la actividad del fondo desde su inicios, el ‘think tank’ Open Europe ya desveló en 2009 que el 70% de eurodiputados españoles participaba en el proyecto en 2007; un total de 54. Este porcentaje solo lo superaban los eurodiputados de Polonia (81%), Reino Unido (79%), Portugal (79%) y Eslovenia (71%).

Open Europe hizo esta investigación después de que comenzara a hablarse de que los contribuyentes podrían tener que salir al rescate del fondo de pensiones para cubrir el agujero del fondo, entonces, en 113 millones de euros.

Willy Meyer, el cabeza de la lista de IU en las últimas europeas, estaba entre ellos. El político ha presentado este martes su dimisión alegando “coherencia” con la línea de su partido, que siempre ha criticado estos instrumentos financieros por estar considerados como una alternativa a los paraísos fiscales y, por lo tanto, su equivalente. Otros nombres que aparecen son los de Elena Valenciano, cabeza de lista del PSOE a las pasadas europeas, Miguel Arias Cañete, cabeza de lista del PP, y Rosa Díez, líder de UPyD. También aparecen otros como el actual ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, o Jaime Mayor Oreja.

El Parlamento Europeo explicó este martes en un comunicado que la historia de este fondo de pensiones se remonta a 1990, cuando «un grupo» de eurodiputados propuso crear un sistema de pensiones complementario y voluntario. El Parlamento admite que ese mismo año la Mesa de la cámara aceptó colaborar con el fondo. Tal y como adelantó esta semana el portal InfoLibre, aportó un euro por cada dos que desembolsaban los suscriptores del fondo. En su nota, la cámara no ha precisado el monto total de sus aportaciones, y ha subrayado que entonces salarios y prestaciones sociales de eurodiputados dependían de cada Estado miembro.

La institución subraya que «la fórmula escogida para este sistema complementario», la sicav, fue decidida el 3 de marzo de 1994, y que es «absolutamente legal». El Parlamento Europeo incide en que este tipo de sociedades de inversión se utilizan «frecuentemente» para «sistemas complementarios de pensiones». Al tiempo, defiende que esté radicada en Luxemburgo «por estar en este país la sede de la Secretaría general del Parlamento Europeo, desde donde se gestionan los fondos financieros de la institución».

La eurocámara agrega que el fondo funcionó hasta el año 2009, cuando entró en vigor el nuevo estatuto del eurodiputado que supuso que salarios y prestaciones sociales –y por tanto, también las pensiones- de los miembros de la cámara comunitaria pasaran a depender de las instituciones europeas. «Desde ese instante cesan las aportaciones al fondo, así como la incorporación de nuevos eurodiputados al mismo», concluye la nota, que también señala que las prestaciones obtenidas mediante la sicav «deben declararse».

Aunque el fondo no admitió más aportaciones y nuevas adhesiones en 2009, pagará las pensiones de los eurodiputados hasta 2026, año en el que se jubilará el último de sus beneficiarios.

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