El fallecimiento de Jane Goodall cierra una etapa clave en la historia de la ciencia y el activismo ambiental. Desde sus primeras investigaciones en Tanzania hasta la creación de un movimiento global por la defensa de la naturaleza, su figura se convirtió en sinónimo de pasión, rigor y compromiso. Aun en sus últimos años, continuaba viajando y dando conferencias en distintos continentes para transmitir un mensaje de respeto hacia la vida.
Goodall inició sus investigaciones en el Parque Nacional de Gombe en 1960, donde observó a chimpancés utilizando herramientas, algo que hasta entonces se consideraba exclusivo del ser humano. Este hallazgo obligó a replantear la frontera entre el hombre y el resto de los animales.
Su trabajo reveló la complejidad social de los chimpancés: vínculos familiares duraderos, transmisión cultural y conductas emocionales. Estos descubrimientos abrieron nuevas líneas de investigación en la primatología y consolidaron a Goodall como referente indiscutible.
Su investigación en Gombe transformó la ciencia al demostrar que los chimpancés poseen inteligencia, emociones y cultura social
En 1977 fundó el Instituto Jane Goodall, hoy presente en más de 100 países, dedicado a la protección de primates y ecosistemas. También impulsó Roots & Shoots, un programa educativo que ha inspirado a millones de jóvenes en el mundo a comprometerse con el respeto hacia los seres vivos.
Goodall entendió que la ciencia debía ir acompañada de educación ambiental y movilización social
La primatóloga fue galardonada con más de un centenar de premios internacionales. Entre los más destacados, el título de Dama del Imperio Británico en 2004, su nombramiento como Mensajera de la Paz de la ONU en 2002 y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2025.
Reconocimiento | Año | País / Institución |
---|---|---|
Mensajera de la Paz de la ONU | 2002 | Naciones Unidas |
Dama del Imperio Británico | 2004 | Reino Unido |
Medalla Presidencial de la Libertad | 2025 | EEUU |
Premio Kyoto, Templeton y Tyler | Diversos | Internacional |
Su figura trascendió la ciencia para convertirse en un símbolo global de defensa de la naturaleza
Además de sus investigaciones, Goodall publicó más de 30 libros, entre ellos Reason for Hope: A Spiritual Journey, en los que combinó ciencia, experiencias personales y reflexión ética. Fue madre de un hijo, conocido como Grub, y mantuvo su compromiso con el planeta hasta el final de su vida.
Su mensaje perdura hoy en los programas de conservación, en los jóvenes de Roots & Shoots y en la certeza de que “cada individuo puede marcar la diferencia”.
Con la muerte de Jane Goodall, el mundo pierde a una de las mentes más brillantes y comprometidas con la defensa de la vida en la Tierra. Su legado científico y humano seguirá inspirando a generaciones futuras en un momento en que la crisis climática hace más urgente que nunca recordar sus palabras: sin respeto por la naturaleza, no hay futuro posible.
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