La sevillana considera que con el cumplimiento de “todas las condiciones” podrá registrar en su balance de cierre anual “los anteriores impactos contables”. Abengoa podría esquivar los números más rojos de su proceso de reestructuración gracias al impacto positivo de la puesta en marcha de su plan de reflote. La compañía sevillana estima que “a lo largo” de este mes de diciembre podrán cumplirse todas las condiciones necesarias para poderse apuntar en balance hasta 6.500 millones de euros.
Esta cuantía es la cifra máxima de impacto positivo que la actual dirección de Abengoa ha estimado para la implementación del plan de reestructuración, tal y como la compañía ha detallado en una respuesta a requerimientos de información de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) fechada ante el supervisor el pasado día 5 de diciembre. En este documento se estima un impacto positivo en resultado y patrimonio consolidado de al menos 6.000 millones de euros por este concepto.
La cifra final, advierte la cotizada sevillana, “dependerá de una serie de factores que se irán concretando”, entre los cuales destaca el porcentaje de acreedores que finalmente acepten el actual plan rector tras un “nuevo periodo de adhesión” que se espera lanzar este mismo mes. Es así que junto al cumplimiento de “todas las condiciones precedentes” recogidas en el acuerdo de reestructuración “se estará en disposición de implementar” el mismo antes de que acabe el año y, por extensión de “registrar contablemente los anteriores impactos [positivos] contables” ya señalados.
Desde la firma renovable que ahora busca focalizar su actividad en el negocio de infraestructuras, se apunta que este proceso de cálculo se ha llevado a cabo en aplicación de los criterios de contabilidad internacional referidos a la cancelación de pasivos financieros con instrumentos de patrimonio. Esto se llevará a cabo mediante la baja de la porción de deuda a cancelar a su valor contable, el alta de los instrumentos de patrimonio entregados a su valor razonable y el reconociendo del impacto en la cuenta de resultados por la diferencia entre ambos importes.
En la comunicación remitida a la CNMV se da cuenta de los procesos abiertos en cada uno de los mercados principales en los que opera la compañía y se explica que el diferente porcentaje de deuda pendiente de capitalización presentado en un hecho relevante y una memoria económica es fruto de “un error tipográfico”. Así se apunta que “el porcentaje de deuda antigua objeto de capitalización se correspondería con el 80% de su valor nominal”.
El pasado 8 de noviembre, el acuerdo de reestructuración de Abengoa recibió la homologación del juez tras haber cosechado el respaldo del 86% de la masa acreedora. De este modo, se logró así esquivar la declaración forzosa de concurso de acreedores que, además de haber supuesto una más directa intervención judicial sobre la compañía, hubiera supuesto la inmediata suspensión de cotización de unas acciones que debido a la conversión de pasivos quedarán fuertemente diluidas, además de reagrupadas en una sola categoría.
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