Los ‘deepfakes’ son videos falsos creados con inteligencia artificial de aprendizaje profundo que muestran a personas diciendo o haciendo cosas que no sucedieron en la vida real. / John Noonan, Unsplash
La desinformación sigue siendo uno de los mayores retos en el entorno digital europeo. A pesar de que los grandes actores tecnológicos firmaron en 2018 un código voluntario para combatirla, su aplicación efectiva continúa siendo deficiente. Un informe reciente del EDMO revela que, entre enero y junio de 2024, las principales plataformas no han dado pasos significativos para cumplir con los compromisos que pronto serán obligatorios bajo la Ley de Servicios Digitales (DSA).
El informe del EDMO evidencia una “clara brecha” entre los compromisos declarados por las plataformas y su implementación real. Aunque el Código de buenas prácticas contra la desinformación incluye medidas como evitar monetizar contenidos falsos, facilitar datos a investigadores o etiquetar información engañosa, estas acciones no están siendo aplicadas de forma eficaz ni documentadas con suficiente rigor.
«La evaluación detecta lagunas constantes en la transparencia, la supervisión independiente y los resultados mensurables en todos los compromisos», señala el estudio
Aunque algunas plataformas han impulsado acciones —como las etiquetas informativas de Google, los paneles de verificación de hechos de Meta o las herramientas de integridad de Microsoft—, el EDMO las califica de superficiales y sin impacto demostrado. Falta información sobre cuántos usuarios las utilizan, cómo interactúan con ellas y qué efecto tienen en su comportamiento.
Además, proyectos como We Think Digital (Meta), Más sobre esta página (Google) o la colaboración de Microsoft con NewsGuard, son calificados como “gestos declarativos” sin datos medibles que avalen su efectividad
Uno de los compromisos clave del código es facilitar datos a investigadores independientes. En este punto, sólo TikTok obtiene una evaluación mínima aceptable, aunque también con críticas por su proceso de acceso a datos, descrito como “opaco”. Google, Meta y Microsoft ofrecen bases de datos selectivas pero con restricciones de acceso importantes que dificultan el análisis riguroso de la desinformación.
No hay cifras claras sobre participación de usuarios, resultados ni alcance real de los esfuerzos de mitigación
A partir del 1 de julio de 2025, el Código de buenas prácticas será parte del marco legal bajo la Ley de Servicios Digitales, lo que supondrá una mayor responsabilidad para las plataformas. Sin embargo, el EDMO advierte que, de no cambiar la actitud de las empresas, el código corre el riesgo de «seguir siendo performativo», es decir, una mera declaración sin efectos reales.
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