“Estamos ante una crisis climática sin precedentes y los esfuerzos de las grandes empresas españolas para descarbonizar y alinearse con la lucha contra el cambio climático resultan muy insuficientes”, lamenta Miguel Alba, responsable de desigualdad y sector privado de Oxfam Intermón. Ante esto, afirma que “el panorama general plantea interrogantes sobre el compromiso climático de muchas de ellas”.
De acuerdo al informe de Oxfam, al actual ritmo las empresas analizadas tardarían en lograr la descarbonización completa en 2090. Es decir, nada menos que 67 años. El análisis de la citada organización se basa en dos indicadores “cruciales”: “las emisiones generadas por la actividad de las empresas y la alineación de sus operaciones con la adaptación y mitigación del cambio climático”.
Este medio centenar de grandes empresas analizadas “solo han reducido un 4% sus emisiones totales en el último año, con notables disparidades”. De esta manera, “mientras las petroleras lideran con una disminución del 15% en emisiones directas, las empresas de electricidad y gas registran un aumento del 8,7%”.
Respecto a la contribución a la lucha contra el cambio climático, solo el 12% del negocio de estas empresas “tiene un impacto sustancial en la mitigación y adaptación al cambio climático”. “Solo una de cada cuatro grandes empresas hace un esfuerzo significativo por alinear su actividad con la lucha contra la crisis climática, destinando tan solo un tercio de su inversión”, recoge el estudio. En contraste, el 53% no ha implementado cambios significativos en sus modelos de negocio para abordar la emergencia climática”.
“Es también una realidad que la crisis climática tiene efectos más devastadores sobre las personas y países más pobres”, apunta Alba. Y es que, “quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes más están sufriendo sus efectos en forma de inundaciones, sequías o huracanes, cuyos efectos generan pobreza y desigualdad en las comunidades más desfavorecidas. También en España”.
Ante este escenario, Oxfam Intermón destaca la necesidad urgente de una acción “más ambiciosa y coordinada” tanto por parte de las empresas como de los gobiernos, “reafirmando la importancia de abordar la emergencia climática con responsabilidad y transparencia”.
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