José Luis Escrivá y María Jesús Montero en una comparecencia tras el Consejo de Ministros.
El Sindicato de Enfermería Satse ha impulsado este bombardeo de escritos individuales por parte de enfermeras y enfermeros de las diferentes comunidades en el marco de la campaña iniciada antes de la pandemia para “lograr un objetivo que resulta prioritario”. Estos más de 20.000 enfermeros y enfermeras han trasladado “en primera persona” al ministro “las distintas razones que les llevan a solicitar que el Gobierno aplique un coeficiente reductor para su jubilación”, señala el citado sindicato. Además, le recuerdan que otros colectivos profesionales ya pueden beneficiarse de esto.
En sus cartas dan cuenta de “que trabajan en unidades donde se exige una continuidad de cuidados que los lleva a realizar una labor ininterrumpida de 24 horas al día, durante todos los días del año, y, en muchos casos, a lo largo de toda su vida laboral, la cual llega a prolongarse durante más de 40 años, realizando, además, trabajo a turnos”.
“Una realidad que, según numerosos estudios científicos internacionales y nacionales”, apunta Satse, “afecta a su rendimiento y produce alteraciones en el equilibrio biológico, teniendo efectos muy negativos sobre su salud, tanto física como mental, además de dificultar enormemente la conciliación de su vida laboral, personal y familiar”.
Asimismo, “su salud se ve alterada por el alto nivel de responsabilidad al que se enfrentan a diario y también por la sobrecarga y tensión laboral a la que se ven sometidos al no haber plantillas suficientes”, lamenta el sindicato. Satse insiste en que acceder a la jubilación anticipada “mejora la atención a pacientes y ciudadanos y al sistema sanitario en su conjunto”. Y es que, “los enfermeros y enfermeras, por la naturaleza de su trabajo y la complejidad del mismo, necesitan una pericia y habilidades específicas, así como un estado de permanente alerta y vigilancia que se ve afectado a causa de la evolución cronológica natural de las personas”.
Este envío masivo de cartas no será la única acción de presión que llevarán a cabo. En los próximos meses esta estrategia se intensificará. De esta manera, “además de continuar con el envío de escritos de enfermeras al Ministerio y con la distribución de cartelería en los centros sanitarios y sociosanitarios, se realizarán, entre otras acciones, sucesivas jornadas en los hospitales para abordar con los profesionales este asunto que resulta esencial para nuestro sistema sanitario”, adelanta el sindicato.
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