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Las Bolsas europeas han reaccionado negativamente a los nuevos aranceles de EEUU, registrando descensos significativos en la apertura de este jueves. El CAC 40 de París retrocedía un 1,84% a las 9.45 horas, seguido por el FTSE MIB de Milán, con un 1,65%. Por su parte, el DAX de Fráncfort perdía un 1,53% y el FTSE 100 de Londres se dejaba un 1,25%.
Estas caídas reflejan la preocupación de los inversores por el impacto económico que pueden tener las nuevas medidas proteccionistas anunciadas por la Casa Blanca, especialmente en sectores como el automovilístico y el de bienes de consumo.
Las Bolsas acusan el golpe de las tensiones comerciales, marcando uno de los peores arranques de sesión en semanas
El precio del petróleo también se ha visto afectado por el recrudecimiento del conflicto comercial. El crudo Brent, referencia en Europa, caía más de un 3% y se situaba en 72,66 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), referencia en EEUU, descendía un 3,14%, hasta los 69,48 dólares.
Estas bajadas reflejan el temor a una desaceleración del comercio global que podría reducir la demanda de crudo, en un contexto donde los mercados ya se mostraban sensibles a cualquier movimiento geopolítico relevante.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha declarado el miércoles como el ‘Día de la Liberación’, justificando la imposición de un arancel del 20% a los productos europeos a partir del 9 de abril, alegando una respuesta proporcional al tratamiento fiscal que EEUU recibe por parte de la Unión Europea.
Asimismo, ha anunciado un arancel del 34% a las importaciones chinas, en represalia por unas «políticas desleales» que, según Washington, encarecen los productos norteamericanos en un 67%. Otra medida destacada es la eliminación del régimen ‘de minimis’ desde el 2 de mayo, lo que impedirá a China enviar productos por debajo de los 800 dólares sin pagar impuestos.
Trump también ha confirmado un arancel del 25% a todos los coches importados, efectivo desde la medianoche de este jueves. Esta medida busca relanzar la industria automovilística estadounidense y forma parte del lema presidencial de “Hacer América grande de nuevo”.
El anuncio ha generado inquietud en los fabricantes europeos y asiáticos, muchos de los cuales tienen una fuerte presencia en el mercado estadounidense. Se teme que esta nueva barrera comercial afecte directamente a los beneficios del sector y agrave la ya complicada situación de la industria global del automóvil.
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