La presidenta del BCE, Christine Lagarde
En un momento clave para el desarrollo global de la inteligencia artificial (IA), Europa se encuentra ante una encrucijada tecnológica. Así lo ha manifestado la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, durante una conferencia celebrada en Fráncfort, en la que ha advertido del peligro que supone para el continente no posicionarse con fuerza en esta nueva revolución. La dirigente ha llamado a actuar sin demora para que la Unión Europea no repita los errores cometidos durante la era de internet y no dependa tecnológicamente de potencias extranjeras.
Christine Lagarde ha recordado que Europa sigue pagando el precio de haber reaccionado tarde ante la revolución de internet, y que los riesgos de subestimar la IA son demasiado altos para volver a cometer el mismo error. “Los riesgos de subestimar el potencial de la IA y volver a quedarnos atrás son simplemente demasiado grandes como para ignorarlos”, ha afirmado.
En este sentido, la presidenta del BCE ha subrayado que Europa se enfrenta a un nuevo entorno geopolítico en el que ya no puede dar por garantizado el acceso a tecnologías clave desarrolladas en el extranjero. Por ello, ha instado a situarse a la cabeza de la innovación tecnológica para no perder competitividad frente a otras potencias como EEUU o China.
“El sector tecnológico explica aproximadamente dos tercios de la brecha de productividad entre la UE y Estados Unidos desde principios de siglo”, ha destacado Lagarde
Lagarde ha insistido en que la inteligencia artificial representa una oportunidad clave para mejorar la productividad en Europa. Según sus palabras, los avances vinculados a la IA podrían suponer “un punto de inflexión” para el continente, pero solo si se crean las condiciones necesarias para su desarrollo.
Entre estas condiciones, la presidenta del BCE ha enumerado la necesidad de avanzar en financiación, regulación y acceso a energía, elementos fundamentales para fomentar un entorno favorable a la innovación.
Aunque Lagarde ha querido despejar el temor a un “apocalipsis laboral”, sí ha admitido que la implantación de la IA puede tener efectos disruptivos en el empleo. Cita un estudio del BCE que estima que entre un 23% y un 29% de los trabajadores europeos están altamente expuestos a esta tecnología.
“Es probable que observemos un aumento de la desigualdad en el mercado laboral”, ha advertido Lagarde
Según la presidenta, la demanda de perfiles cualificados crecerá, mientras que los trabajadores con menos capacidad para adquirir nuevas competencias podrían verse desplazados. Por ello, ha subrayado que Europa debe invertir masivamente en formación para lograr una transición equitativa y preservar su modelo social.
Lagarde ha concluido su intervención con un llamamiento a actuar con urgencia: “Debemos actuar hoy. Debemos eliminar todas las barreras que nos impiden estar a la vanguardia de esta revolución”. En su visión, la única manera de que Europa adopte la IA sin romper su contrato social es mediante inversiones complementarias en educación, reciclaje profesional y tecnología.
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