Monumento en honor a Franco erigido en Santa Cruz de Tenerife (Foto: Asociación de Memoria Histórica)
El resurgimiento de una cierta nostalgia franquista está convergiendo con la irrupción de nuevas identidades políticas entre las generaciones más jóvenes y con un ecosistema digital que amplifica memes, mensajes descontextualizados y una intensa fragmentación informativa. Los expertos consultados sostienen que el fenómeno no implica un retorno masivo a posiciones abiertamente autoritarias, pero sí un ensanchamiento de la tolerancia social hacia discursos que relativizan la dictadura y cuestionan la supremacía moral de la democracia, especialmente en un contexto de polarización creciente.
El contraste entre una mayoría claramente democrática y una minoría significativa que banaliza la herencia franquista se ha convertido, según sociólogos, politólogos y especialistas en juventud, en uno de los principales campos de batalla del debate público. La incorporación de la inteligencia artificial a la circulación de contenidos políticos añade, además, nuevas capas de complejidad a la construcción de la memoria colectiva.
La valoración positiva del franquismo alcanza su máximo en mayores de 75 años y votantes de Vox, donde supera el 60%
La última edición del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela que la sociedad española continúa siendo mayoritariamente crítica con la dictadura, pero el bloque que la percibe positivamente adquiere una magnitud inesperada. Según el estudio, un 21,3% de la población reconoce que los años del franquismo le parecen “buenos” o “muy buenos”, mientras un 65,5% los define como “malos” o “muy malos”.
Esta proporción se dispara en sectores específicos: hombres, mayores de 75 años, votantes de Vox y ciudadanos que no habían cumplido los 18 en las elecciones de 2023. La polarización política y la reorganización del campo ideológico explican parte de este aumento, según coinciden los analistas del CIS.
| Grupo | “Buenos / Muy buenos” (%) |
|---|---|
| Total población | 21,3 |
| Hombres | 26,8 |
| Mujeres | 16,0 |
| Mayores de 75 años | 25,8 |
| Votantes de Vox | 61,7 |
| Votantes del PP | 41,6 |
| Nuevos electores (no pudieron votar en 2023) | 32,8 |
| Católicos practicantes | 29,5 |
| Católicos no practicantes | 20,5 |
El 19% de los jóvenes llega a considerar los años del franquismo como “muy buenos”, según datos difundidos por estudios recientes
Cuando el CIS plantea la comparación directa entre la democracia actual y el régimen franquista, el resultado muestra una amplia ratificación del sistema constitucional. Un 74,6% afirma que la democracia es “mejor” o “mucho mejor” que la dictadura, frente al 17,3% que sostiene que es “peor” o “mucho peor”.
A primera vista, los datos parecen tranquilizadores. Sin embargo, los investigadores detectan una cuestión clave: las posiciones que relativizan el autoritarismo se concentran en determinados tramos de edad y perfil ideológico, especialmente entre votantes de extrema derecha y entre parte de la juventud masculina.
| Valoración | % población |
|---|---|
| Mucho mejor | 33,8 |
| Mejor | 40,8 |
| Igual | 4,4 |
| Peor | 11,8 |
| Mucho peor | 5,5 |
El estudio “El desorden democrático en España”, elaborado por el instituto 40dB., revela que la afirmación “en algunas circunstancias un régimen autoritario puede ser preferible a la democracia” obtiene porcentajes particularmente elevados entre hombres jóvenes. Entre los hombres de la generación Z, la cifra alcanza un 25,9%, mientras que entre los millennial llega al 22,9%.
Este dato conecta directamente con la percepción positiva del franquismo entre los más jóvenes, pero también con un fenómeno más amplio: la consolidación de una identidad política digitalizada en la que las nociones de autoridad y orden adquieren una resonancia emocional en momentos de incertidumbre económica y política.
Entre los hombres de 18 a 26 años, uno de cada cuatro considera aceptable un gobierno autoritario en determinadas circunstancias
El voto joven se ha convertido en uno de los principales campos de batalla política. Según el análisis de microdatos del CIS, el PSOE se sitúa en primer lugar entre los jóvenes de 18 a 24 años, con un 24,7%, seguido muy de cerca por Vox, que concentra un 23,3%. El PP cae hasta el 7,8% y Sumar se sitúa en el 4,4%.
En el tramo de 25 a 34 años, Vox se mantiene fuerte con un 17,7%, por encima del PP, que se queda en un 9,9%. La izquierda mejora sus posiciones gracias al incremento de apoyo a Sumar, que alcanza un 12,7%.
| Partido | 18–24 años (%) | 25–34 años (%) |
|---|---|---|
| PSOE | 24,7 | 15,0 |
| Vox | 23,3 | 17,7 |
| PP | 7,8 | 9,9 |
| Sumar | 4,4 | 12,7 |
| Otros / indecisos | 39,8 | 44,7 |
El ecosistema digital se ha convertido en el principal espacio de socialización política de los jóvenes, y según el Eurobarómetro de Juventud, un 49% de los españoles de entre 16 y 30 años se informa de política a través de redes sociales, por delante incluso de los medios digitales y la televisión. Plataformas como Instagram, TikTok y YouTube concentran buena parte de la conversación.
La facilidad con la que circulan memes, vídeos breves, reconstrucciones históricas sin contexto y contenidos generados por inteligencia artificial ha permitido la difusión de mensajes que trivializan la dictadura o la presentan como un periodo de orden y prosperidad. Los expertos en verificación alertan de que parte de este contenido se mezcla con desinformación explícita y reconstrucciones manipuladas de datos económicos e históricos.
La personalización absoluta del consumo informativo –cada usuario recibe únicamente lo que coincide con sus preferencias previas– reduce la exposición a visiones contrarias y refuerza la idea de burbujas ideológicas cerradas.
El 49% de los jóvenes se informa de política en redes sociales, donde proliferan memes y mensajes descontextualizados sobre la dictadura
Los expertos consultados coinciden en que la democracia española “no está amenazada de manera inmediata”, pero señalan que los datos revelan un deterioro simbólico relevante. No se trata de apoyo directo al autoritarismo, sino de un relato en disputa donde la dictadura aparece en ocasiones “normalizada”, “despolitizada” o “separada de su carácter represivo”.
Este fenómeno, advierten, comienza en los márgenes pero puede desplazarse hacia el centro si no se combate con educación, memoria histórica y alfabetización digital, especialmente entre los menores de 30 años.
La coincidencia entre auge de la extrema derecha entre los jóvenes, banalización en redes y normalización parcial del discurso nostálgico compone lo que los sociólogos llaman una “ventana de oportunidad simbólica” para las narrativas autoritarias.
España sigue siendo, en números absolutos, un país claramente democrático. Pero la presencia de un 21,3% de ciudadanos que valora positivamente una dictadura que dejó cientos de miles de víctimas, combinada con la aparición de una minoría juvenil que relativiza el autoritarismo, revela una transformación cultural que ya no se mueve en la sombra. O, como advierten los expertos, “un recordatorio de que la memoria democrática no se hereda: se trabaja”.
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