Banco Central Europeo
El círculo vicioso entre la deuda soberana y los bancos fue uno de los desencadenantes de la crisis del euro, que estuvo a punto de romper el bloque comunitario. Ahora, sin embargo, la gran banca del continente empieza a presionar para que se eliminen los requisitos que se le impusieron para evitar que volviese a ocurrir algo parecido, aprovechando que la pandemia del coronavirus obligará a los Estados a endeudarse sin precedentes.
La Asociación de Mercados Financieros de Europa (AFME por sus siglas en inglés), uno de los principales lobbys bancarios de la región, aboga por un cambio en las reglas comunitarias que permita a los bancos poseer y comerciar más deuda gubernamental. La idea pasa por que se exonere a la deuda soberana de la norma que obliga a las entidades a mantener una cierta cantidad de capital respecto al total de activos en su balance, independientemente de su riesgo. Es la conocida como ratio de apalancamiento.
Aflojar la ratio de apalancamiento permitiría a los bancos tener más deuda soberana en sus balances a medida que los gobiernos recauden más dinero para reactivar una economía devastada por el coronavirus. “Si bien en la actualidad los bancos que actúan como ‘primary dealers’ pueden tener la capacidad suficiente para manejar los volúmenes actuales de emisión de deuda, no es seguro que esto sea cierto una vez que los estados miembros comiencen a financiar sus programas de apoyo masivo”, señala Michael Lever, jefe de regulación prudencial de AFME.
El lobby bancario incrementa la presión después de que al otro lado del Atlántico la Reserva Federal ya excluyese a los treasuries de una regulación similar estadounidense. En el caso europeo, sin embargo, los reguladores podrían ser algo más escépticos teniendo en cuenta el reciente recuerdo de la crisis del euro y el círculo vicioso entre la deuda soberana y la banca.
Desde el estallido de la crisis del coronavirus, los reguladores han anunciado una serie de medidas para aliviar la carga regulatoria sobre la banca, y que esta pueda liberar capital e incrementar el flujo de crédito a la economía real. Dentro de esta mayor flexibilidad, sí se ha abierto la puerta, por ejemplo, a que los depósitos queden excluidos de la ratio de apalancamiento, pero en la deuda soberana no se lo han planteado aún.
El movimiento llega en un momento además de ciertos apuros para el mercado europeo de renta fija, después de que el Tribunal Constitucional haya cuestionado la participación del Bundesbank en las compras de bonos del Banco Central Europeo (BCE). Aunque a corto plazo la institución seguirá con sus programas sin variación, algunas voces apuntan a que más a medio o largo plazo sí podría haber una limitación. El BCE ha sido el gran comprador de deuda pública en los últimos años, manteniendo bajas las rentabilidades y las primas de riesgo de los países considerados periféricos.
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