La esposa de Ignacio González ‘copia’ a Ana Mato y a la infanta: no sabe nada, todo lo llevaba su marido

Lourdes Cavero, esposa del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, ha asegurado ante el juez instructor del ‘caso Lezo’ que ni ella ni si marido, en la cárcel desde abril, manejaron dinero negro de esta presunta trama de corrupción. Asimismo, ha señalado que en casa no se hablaba de los supuestos negocios de González con el Canal de Isabel II. Algo que recuerda, y mucho, a lo que declaró en su día la infanta Cristina en el ‘caso Nóos’.

“Mi marido y yo no hablamos de negocios en casa”, dijo la hermana de Felipe VI ante el juez José Castro, que afirmó desconocer por completo la actividad del Instituto Nóos y de su empresa Aizoon, según recogió El Mundo. Asimismo, la exministra Ana Mato dejó claro en su declaración por la Gürtel que su exmarido Jesús Sepúlveda llevaba sus cuentas y ella las suyas. Hoy la esposa de Ignacio González se ha acogido al mismo discurso en los casi 30 minutos que ha durado el interrogatorio.

Cavero, según Europa Press, está imputada junto a su marido por un delito de blanqueo de capitales en el presunto desvío de fondos del Canal de Isabel II. La que fuera consejera de Caja Madrid ha respondido a las preguntas de su letrado y del fiscal del caso, Carlos Yáñez, en torno a los negocios que abrió, como una empresa de gestión de guarderías y cuyo capital, ha dicho, provenía de los socios de la misma. Este proyecto no vio la luz al ponerse en marcha apenas tres meses antes de que estallase la operación.

Respecto a su labor en calidad de presidenta de subastas Segre, empresa que también fue registrada, Cavero ha insistido en que sus negocios eran legales y que ni ella ni su marido manejaron dinero en ‘B’, según recoge la mencionada agencia.

Lourdes Cavero no es la única familiar de Ignacio González que declarará esta semana ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6. Este viernes están citadas dos sobrinas de ésta. Por su parte, el mes pasado fue el turno de Pablo González.

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