El retroceso de la confianza empresarial registrado para el periodo octubre-diciembre se debe tanto al empeoramiento del indicador de expectativas como al de situación actual.
En concreto, el balance de expectativas (diferencia entre las opiniones de los empresarios optimistas y los pesimistas) se situó en el tercer trimestre de este año en 0,3 puntos, frente a los 5,2 puntos del trimestre anterior.
Ello se debe a que el porcentaje de establecimientos empresariales que piensan que la marcha de su negocio será favorable entre octubre y diciembre de este año se ha situado en el 19,2%, tres puntos por debajo del comunicado en el trimestre anterior.
Por contra, los que piensan que su negocio evolucionará en el cuarto trimestre de manera desfavorable han aumentado desde el 17% del trimestre anterior al 18,9%, al tiempo que ha subido la proporción de empresarios que esperan una evolución «normal» de su negocio, desde el 60,8% al 61,9%.
Por su parte, el balance de situación (diferencia entre respuestas favorables y desfavorables respecto al trimestre finalizado) ha empeorado más de tres puntos respecto al trimestre anterior, pasando de 6,9 puntos en el tercer trimestre a 3,6 puntos en el último cuarto del presente ejercicio.
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