La noche del viernes fue el turno de Cuba en el rumbo enfurecido del huracán Irma, que ya deja una veintena de muertos en el Caribe. El fenómeno ha destrozado carreteras, casas y todo tipo de instalaciones, ha provocado cortes de luz y agua y conexiones telefónicas y ha atrapado en las islas a miles de turistas.
Pero los vientos de más de 250 kilómetros por hora amenazan ahora el sur de Florida a un nivel que ha llevado a la Agencia Federal de Gestión e Emergencias (FEMA) a calificarlo de “amenaza que va a devastar Estados Unidos en Florida o en alguno de los estados del sureste”, en palabras de Brok Long, jefe del organismo.
Según la información de agencias y medios internacionales, las autoridades han dado la orden de evacuar a contrarreloj a una cifra masiva de personas, alrededor de los cinco millones, a la espera de que Irma toque tierra en Florida entre el sábado y la mañana del domingo.
Tras bajar a categoría cuatro a su paso por el Caribe, el que ya es considerado uno de los mayores huracanes de toda la historia del Atlántico ha recuperado el nivel cinco a la entrada en Estados Unidos, y los equipos de emergencia temen que llegue a provocar olas e inundaciones de hasta cuatro metros tras desbordamientos marítimos sin precedentes.
De hecho, además de la pérdida de viviendas, infraestructuras y todo tipo de instalaciones urbanas en las inmediaciones de Miami y el sur de Florida, lo más temido es un subida incontrolada del mar, en territorios muy bajos en los que las consecuencias podrían ser fatídicas. La evacuación decretada por Estados Unidos es obligatoria, según recordaba ayer el jefe de la FEMA : “Deben irse y escuchar y acatar las advertencias”, afirmaba ante los medios.
Según declaraciones del gobernador de Florida, Rick Scott, recogidas por El País, aunque hay unos 7.000 voluntarios para las tareas de evacuación a destajo las autoridades piden reunir la fuerza de otros 10.000 voluntarios más. El político encareció a la población a obedecer las órdenes de autoridades y Ejército, desplegado por toda la zona, porque no podrán ser “salvados e mitad de la tormenta”.
https://twitter.com/fema/status/906244755608231938
El mastodóntico despliege se ha ampliado hasta Georgia, que también ha ordenado poner a salvo de algunas de sus zonas costeras. Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) el potencial devastador de Irma es mayor que el de Andrew, que en 1992 acabó con la vida de más de 60 personas y que, según los registros, es de la mitad de el tamaño de Irma.
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