Irene Montero celebra la dimisión de Rubiales como «un triunfo y una muestra de que el feminismo lo está cambiando todo»

Así se expresó en una entrevista en RNE, recogida por Servimedia, en la que animó a todas las mujeres que pasan por situaciones similares a que «luchen». «Siempre vale la pena luchar, solo luchando se consiguen cosas, aunque a veces la lucha tenga un alto coste. Pero merece la pena», reivindicó una vez conocida la decisión de Rubiales de dimitir ante la indignación social que ha causado su comportamiento en la celebración del Mundial de fútbol femenino.

Montero censuró el silencio que ha protagonizado el fútbol masculino, que solo ha deplorado el comportamiento machista de Rubiales cuando ya estaba cercado por la sociedad e incluso por la FIFA. A este respecto dijo que «es importante que la sociedad entienda que el silencio es cómplice de las violencias». «Sé que cuesta hablar, pero hay que tener en cuenta que el silencio desprotege a las víctimas, las deja solas y ellas necesitan nuestro apoyo, el apoyo y el acompañamiento social», dijo.

La dimisión de Rubiales, que con toda probabilidad se producirá hoy en la Asamblea de la Federación, es para la ministra de Igualdad en funciones «un triunfo y una muestra de que el feminismo lo está cambiando todo». «Conductas que hasta ahora parecían normales, cosas que pasaban y que te decían que no tenía importancia ahora sí la tienen. Ahora en España tenemos claro que las mujeres tenemos derechos a ejercer nuestra libertad sexual. No vamos a callar, el silencio es cómplice con los agresores», dijo.

También puso en valor que el ‘caso Rubiales’ ha sacado a la palestra el consentimiento de las mujeres, dado que «sin consentimiento se vulnera la libertad sexual». «Cuando no hay consentimiento las instituciones tenemos que actuar, defender y proteger a las víctimas. Jenni Hermoso sabe que cuenta con todo nuestro apoyo y reconocimiento al igual que todas las mujeres que sufran lo mismo que ella ha sufrido. Está en el ley del ‘solo sí es sí’ y en el convenio de Estambul. Si no hay consentimiento hay violencia sexual», concluyó.

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