Barco de transporte de Gas Natural Licuado
El Estrecho de Ormuz, por donde transita el 20% del petróleo mundial, vuelve a estar en el centro de las tensiones geopolíticas. La declaración del comandante iraní Sardar Esmail Kowsari, quien aseguró que el cierre del paso está «siendo considerado», ha encendido las alarmas. Un eventual bloqueo tendría consecuencias directas para Europa, desde el encarecimiento del crudo hasta riesgos de una escalada militar. Te explicamos qué está en juego.
El Estrecho de Ormuz conecta el Golfo Pérsico con el resto del mundo y es paso obligado para las exportaciones de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, principales proveedores de petróleo y gas natural licuado (GNL) a Europa. Un cierre forzaría a estos países a buscar rutas alternativas más costosas o inviables, interrumpiendo el suministro.
El 20% del crudo mundial y una parte significativa del GNL europeo pasa por este estrecho
Esta vulnerabilidad energética preocupa especialmente a países como Alemania, Italia o España, que han aumentado su dependencia de los hidrocarburos del Golfo tras reducir sus importaciones desde Rusia.
Un bloqueo elevaría de forma inmediata los precios internacionales del petróleo y el gas, disparando la inflación y el coste energético en la Unión Europea. Sectores clave como el transporte, la industria o la agricultura verían incrementados sus costes de operación.
Además, los mercados financieros europeos podrían reaccionar con fuertes caídas, dada la incertidumbre y el temor a un conflicto prolongado en Oriente Medio.
El precio del barril podría superar los 100 dólares si el suministro se interrumpe
El cierre del Estrecho de Ormuz no sería solo un movimiento económico. Podría derivar en una respuesta militar por parte de EEUU, Reino Unido o Francia, países con presencia naval en la región y aliados estratégicos de los países del Golfo.
Una confrontación bélica en la zona podría escalar y arrastrar a Europa, bien por compromisos de la OTAN o por intereses económicos directos.
Un conflicto en el Golfo afectaría no solo a Europa, sino a la economía global
El Estrecho no solo transporta hidrocarburos. Por él transitan productos electrónicos, materias primas y bienes de consumo que se dirigen a puertos europeos. Un cierre afectaría las cadenas de suministro globales, con retrasos y aumentos de costes por el encarecimiento del transporte y del seguro marítimo.
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