El primer ministro italiano debatirá con Hollande y Merkel sobre cooperación europea tras el Brexit, pero también podría buscar prerrogativas para su objetivo de déficit. El Brexit ha dado lugar a un nuevo escenario de juego en la Unión Europea y el primer ministro italiano se prepara para ganar la partida. Matteo Renzi ha invitado a sus homólogos de Francia y Alemania a departir sobre el futuro del club tras la huída de Reino Unido, pero su objetivo último podría ser bien distinto de los oficiales.
La cita será el próximo lunes. Renzi actuará como anfitrión para François Hollande y Angela Merkel a bordo del buque Garibaldi frente a las costas de la idílica e histórica isla mediterránea de Ventotene. Un marco ideal para hablar de cooperación en inmigración marítima pero también para que el italiano pida clemencia a sus socios europeos en torno al más que probable incumplimiento del objetivo de déficit por parte del país transalpino.
Esta es la dirección hacia la que apuntan varios medios italianos al analizar los motivos que habrían llevado a convocar tan ostentosa reunión un 22 de agosto. La edición en lengua italiana del Huffington Post directamente afirma que “al cumbre será también un modo del Gobierno italiano para sondear el terreno sobre la posibilidad de retocar el déficit”. Una cuestión que trae de cabeza a varios de los denominados países periféricos, incluso a la propia Francia.
“El Ejecutivo apuntaría así a obtener nuevos márgenes de flexibilidad”, apunta el diario digital, que señala que ya para este ejercicio en curso ha echado mano de las excepciones que perdonan la multa al alegar gastos en políticas migratorias y fallos de cálculo en las previsiones del PIB. El primero de estos argumentos, especula la prensa italiana, podría ser la percha para hilar la súplica de Roma con el que oficialmente será uno de los temas fundamentales de la cumbre tripartita.
La cita se ha hecho oficial por el gabinete de Hollande, que ha sido el primero en aportar detalles sobre la reunión. En la agenda del encuentro están también las crisis bélicas y humanitarias de Libia y Siria, países con los que respectivamente Italia y Francia guardan estrechos vínculos comerciales herencia de su pasado colonizador. El mismo Renzi había explicado hace unos días que “regresar a Ventotene” es “regresar con la Europa de los valores y de la cultura”. En esta pequeña isla yace Altiero Spinelli, uno de los considerados padres de la Unión Europea por su obra “Manifiesto de Ventotene” que terminó sus días fue desterrado a este enclave por el régimen de Mussolini.
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