El cumplimiento de las exigentes ratios de cobertura de créditos de baja calidad ha impulsado a las entidades a retener tesorería en detrimento de sus accionistas. La abrumadora expansión del crédito en China comienza a revelar su lado menos amable. El montante de préstamos de baja calidad -de cobro dudoso o escasa rentabilidad- se sitúa en máximos de al menos una década. Un adverso panorama que la banca del Gigante Asiático ha optado por amortiguar mediante el recorte de dividendos.
El montante de unos beneficios a los que cada vez les cuesta más crecer destinado a retribuir al accionista ha caído de forma notable. El pay-out propuesto con cargo a las cuentas del ejercicio 2015 se queda en un 30% de media para el sector financiero en China. Una cifra que recorta el umbral fijado el año anterior: un tercio de las ganancias cosechadas distribuidas entre los accionistas, según datos recopilados por Bloomberg.
Las pioneras en sacar la tijera al pago a accionistas han sido precisamente las grandes corporaciones bancarias de titularidad estatal. El candado se aprieta en la caja fuerte de estas firmas después de que el mismo presidente del Banco de China, Chen Siquing, haya definido como “nuevo normal” el actual entorno de bajo incremento de beneficios para las entidades de crédito del país.
Al cierre anual, Banco de la Construcción de China (CCB) dio cuenta de una mejora de beneficio neto de tan solo el 0,1% interanual, mientras que el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC) registró el incremento de ganancias más débil de al menos los últimos diez años mientras que el porcentaje de créditos reconocidos como de riesgo sí crece como nunca antes en el país asiático.
En palabras del máximo responsable del Banco de China, “la era del crecimiento de beneficios a doble dígito ha terminado, estamos ahora en un periodo de expansión a un único dígito”, remarcó hace solo unos días. En esta menor generación de caja es donde se entienden las dificultades de las entidades del país por seguir provisionando sus créditos de peor calidad sin afectar al reparto de tesorería que suponen los dividendos.
Las cifras oficiales del Gigante Asiático hablan de un total de 1,27 billones de yuanes, unos 173.000 millones de euros al cambio de divisas, comprometido en hipotecas y otros préstamos de baja calidad. Esto supone que a lo largo del año 2015 la cifra de préstamos ‘subprime’ ha crecido en un 51%. En el caso concreto de ICBC, esta cifra suma ya 179.500 millones de yuanes. Esta es la misma entidad sobre la que las autoridades españolas han abierto una investigación por la supuesta complicidad de algunos trabajadores de su sucursal de Madrid en una trama de blanqueo de capitales.
Ante este exponencial crecimiento de los ‘préstamos basura’, la ratio de cobertura del conjunto del sector ha caído a mínimos ligeramente por encima del 150% establecido legalmente por la norma vigente en China. Y eso a pesar de que gigantes como el mismo ICBC ha incrementado en un 23% sus provisiones crediticias, lo que no ha evitado que del 207% de cobertura de cierre de 2014 ahora a duras penas aguante un 156%. En el caso del Banco de China, la caída ha sido del 188% al 153%
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