Bruselas ha advertido de que los planes para que sus aerolíneas continúen volando libremente en Europa en caso de un Brexit duro no son viables, lo que supone un revés potencialmente grave para el propietario de British Airways e Iberia.
Si Reino Unido abandona en marzo la UE sin acuerdo, las aerolíneas que no tengan la mayoría de su control en manos de países comunitarios, perderían la posibilidad de operar dentro de la Unión. IAG intenta demostrar que más del 50% de los derechos políticos de Iberia los controla El Corte Inglés y eso la convierte en española, pero no ha convencido a la Comisión Europea, según informa hoy Financial Times.
IAG diseñó una compleja estructura societaria para llevar a cabo la fusión entre Iberia y British Airways en 2011, y que sigue vigente tras algunas mutaciones importantes, pero que mantiene su principal baza: los derechos políticos en manos españolas.
La cuestión es que Iberia tiene dos tipos de propietarios. El dueño de los derechos económicos, es decir, del negocio, es IAG. Sin embargo, cuando se fusionó con British Airways, con el fin ya de “blindar la españolidad de la compañía”, Iberia pasó a ser propiedad al 100% de una sociedad llamada Ib Opco. En esta empresa se separaron los derechos de voto de los derechos económicos. Mientras la propiedad económica quedó al 100% en manos de IAG, los derechos políticos se repartieron: un 49,9% eran de IAG. Pero otro 50,01% se dejaron en manos de Garanair. Garanair es, hoy por hoy, propiedad de El Corte Inglés, al 100%.
Garanair, la empresa que controla la mayoría de los derechos de voto de Iberia, no tiene poder económico alguno sobre Iberia, y ni siquiera apenas vale nada (la conforman 7.000 acciones con valor en libros de 1 euro). Pero teóricamente controla el 50,01% de los derechos políticos de la aerolínea.
Si la UE no acepta esta propuesta, IAG tendrá que hacerse con las acciones de muchos de sus accionistas no pertenecientes a la UE o se enfrentará la pérdida de los derechos de vuelo en el Viejo Continente.
La Comisión Europea está llevando a cabo una serie de investigaciones sobre la propiedad y el control. Violeta Bulc, comisaria europea de Transporte, ha señalado los problemas que deben resolverse en reuniones bilaterales con los ministros del mismo ramo. Las preocupaciones también se han planteado con IAG sobre su estructura de propiedad después de Brexit.
Willie Walsh, director ejecutivo de IAG, ha negado que la compañía pueda tener problemas cuando el Reino Unido abandone la UE. Cuando se le preguntó cómo planea IAG persuadir a los reguladores de que no se violaban las reglas de propiedad, Walsh dijo: «Magia».
El presidente del grupo, Antonio Vázquez Romero, ha dicho que tiene «planes de contingencia», pero no ha brindado más detalles.
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