Iberdrola.
La energética ya había realizado anteriormente este tipo de emisiones referenciadas, que no suponen un riesgo para el inversor respecto al precio de la acción. La primera en octubre de 2015, con una operación de 500 millones de euros que en 2020 amplió en otros 200 millones adicionales. Precisamente esta operación había vencido recientemente, a comienzos de este mes de noviembre, lo que ha favorecido que se genere la oportunidad de realizar una nueva operación de estas características.
No obstante, se trata de la primera operación de este tipo que emite Iberdrola en formato verde, en línea con su estrategia de maximizar las fuentes de financiación en este formato, dando cabida a participar en ellas a los inversores ESG.
Este tipo de bonos se caracterizan porque su rentabilidad está referenciada a la evolución de la acción de la compañía emisora, pudiendo por tanto los inversores ejercer una opción de compra sobre las acciones de la compañía dentro de los meses anteriores a su vencimiento. Esta opción será siempre ejercitable mediante el pago de la diferencia. Es decir, Iberdrola no emitirá ni entregará en ningún caso acciones, por lo que no supondrá un efecto dilución alguno sobre sus actuales accionistas, recoge Europa Press.
En paralelo, la energética ha adquirido una opción de cobertura idéntica a la vendida dentro del bono, lo que le permite estar cubierta ante cualquier riesgo de ejercicio por parte de los bonistas -en caso de revalorización de la acción por encima de un determinado nivel-. Este nivel se determinará a lo largo de los próximos días, siendo una media de la cotización de la acción los próximos 10 días.
Mediante este tipo de operaciones, Iberdrola consigue una vía de financiación alternativa, sin asumir riesgos, sin emitir capital ni generar ningún tipo de efecto-dilución entre sus accionistas y a un coste muy competitivo.
De esta manera, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán ha conseguido levantar prácticamente 2.000 millones de euros en apenas 15 días, en su objetivo de obtener en unas condiciones competitivas la financiación necesaria para poder acometer su exigente plan inversor de los próximos años, que prevé inversiones por 47.000 millones de euros en los próximos tres años.
El pasado 15 de noviembre, el grupo cerró ya una gran emisión de bonos verdes por un importe total de 1.500 millones de euros en dos tramos.
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