Harvey Weinstein entrando en la Corte Suprema de Nueva York
El juicio contra Harvey Weinstein, símbolo de la caída de los poderosos tras el auge del movimiento #MeToo, ha vuelto a conmocionar a la opinión pública. Cinco años después de su primera condena, anulada por la justicia, el exproductor enfrentó un nuevo proceso que terminó con una condena parcial, evidenciando tanto la persistencia de las denuncias como la complejidad de lograr consensos en estos casos. La tensión dentro del jurado, sumada a las diferentes resoluciones, deja el caso en un escenario ambiguo.
El jurado, compuesto por siete mujeres y cinco hombres, halló culpable a Harvey Weinstein de haber obligado a Miriam Haley a practicarle sexo oral en 2006, lo que representa un delito de acto sexual criminal en primer grado, uno de los cargos más graves del juicio. Esta decisión representa una victoria parcial para las víctimas y un hito en la continuación del proceso judicial contra el exproductor de cine.
El caso de Haley ya había sido clave en el juicio original que fue anulado el año pasado, y en este nuevo proceso logró nuevamente convencer al jurado de su testimonio
Weinstein fue absuelto de la acusación de acto sexual delictivo contra Kaja Sokola, también en 2006. En cuanto al tercer cargo, sobre una supuesta violación a Jessica Mann en 2013, el jurado no pudo llegar a un acuerdo, dejando la acusación sin resolución.
La falta de unanimidad refleja tanto la dificultad de probar estos delitos años después como el efecto de las tensiones dentro del jurado
Durante las deliberaciones, que se extendieron por cinco días, el presidente del jurado manifestó sentirse intimidado y presionado por sus compañeros. Incluso pidió hablar a solas con el juez para expresar su incomodidad con la situación, asegurando que no quería cambiar su postura bajo coacción.
«No puedo volver a entrar con los demás miembros del jurado», escribió en una nota al juez Curtis Farber, quien posteriormente confirmó tensiones y comentarios intimidatorios entre los miembros
El abogado de Weinstein, Arthur Aidala, denunció que el presidente del jurado se sentía inseguro y que su cliente no podía tener un juicio justo en esas condiciones. Solicitó la anulación del juicio, alegando que el ambiente de deliberación había sido viciado. Sin embargo, el juez rechazó la petición.
«En eso consisten las deliberaciones del jurado», respondió el fiscal Matthew Colangelo, minimizando las preocupaciones al calificarlas de “terquedad”
Harvey Weinstein, de 73 años, niega haber cometido cualquier agresión sexual y se declara inocente. Sus abogados insisten en que las mujeres aceptaron relaciones consentidas en busca de ventajas en sus carreras. La narrativa de la defensa contrasta con los testimonios de las víctimas, que se han convertido en emblemas del #MeToo.
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