El paso de Rafá, en la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza
El alto el fuego impulsado por la administración de Donald Trump pretendía poner fin a dos años de guerra y sentar las bases para un nuevo marco político en Gaza. Pero el cierre del paso fronterizo de Rafá, clave para la entrada de ayuda humanitaria y la evacuación de heridos, ha vuelto a poner el acuerdo al borde del colapso. Tanto Israel como Hamás se acusan de vulnerar sus compromisos, mientras Washington y los países garantes intentan evitar una reanudación de los combates.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) denunció la decisión de Netanyahu de impedir la reapertura del cruce de Rafá, calificándola como una “violación flagrante” del alto el fuego. Según la milicia palestina, esta medida obstaculiza la circulación de la población y retrasa la recuperación de cuerpos bajo los escombros. Hamás asegura haber documentado 47 violaciones del acuerdo, con 38 muertos y 143 heridos desde su entrada en vigor.
“El criminal de guerra Netanyahu continúa inventando pretextos endebles para perturbar el acuerdo y evadir sus obligaciones”, sostuvo Hamás en un comunicado
Desde el lado israelí, el Ejecutivo ha defendido que el cruce de Rafá seguirá cerrado “hasta nuevo aviso” y que su reapertura dependerá del cumplimiento por parte de Hamás de los compromisos pactados, entre ellos la entrega de los restos de rehenes israelíes. Fuentes del Gobierno confirman que las restricciones también afectan a la entrada de ayuda humanitaria, utilizada como presión política sobre el grupo palestino.
Mientras tanto, Estados Unidos notificó a los países garantes del acuerdo de paz que dispone de “informes confiables” sobre una posible violación del alto el fuego por parte de Hamás. Según el Departamento de Estado, el grupo estaría planeando un ataque contra civiles palestinos, lo que constituiría una ruptura directa del pacto alcanzado el 10 de octubre.
Washington ha subrayado que, si esta acción se lleva a cabo, “se adoptarán medidas para proteger al pueblo de Gaza y preservar la integridad del alto el fuego”. La administración estadounidense insiste en que todas las partes deben cumplir sus obligaciones y mantener la calma en el terreno para consolidar la paz.
Estados Unidos advierte que cualquier ataque planificado por Hamás “socavaría el progreso logrado mediante los esfuerzos de mediación”
La alerta llega en un momento especialmente delicado, ya que el acuerdo promovido por Trump incluye la liberación de 20 rehenes israelíes vivos y cerca de 2.000 presos palestinos, además del retiro de las Fuerzas de Defensa de Israel de Gaza y la creación de un gobierno tecnócrata bajo supervisión internacional.
Fuentes próximas a Netanyahu aseguran que el primer ministro no reabrirá Rafá hasta que Hamás entregue los cuerpos de los rehenes fallecidos, advirtiendo de que Israel podría suspender su participación en el proceso de paz si continúan las presuntas violaciones. El Gobierno israelí sostiene que el cierre del cruce responde a razones de seguridad nacional, y que cualquier flexibilización será “condicionada al cumplimiento de las obligaciones del acuerdo”.
Para Hamás, en cambio, la medida equivale a un bloqueo encubierto y supone “una humillación al pueblo palestino”. Los mediadores de Egipto y Catar trabajan para restablecer la confianza entre las partes, pero reconocen que el diálogo se encuentra en su punto más tenso desde el inicio de la tregua.
El cierre del paso de Rafá amenaza con agravar la crisis humanitaria en Gaza y poner fin al frágil proceso de reconciliación
| Parte | Compromisos principales | Situación actual |
|---|---|---|
| Israel | Reapertura de Rafá, entrega de restos de rehenes, retiro de tropas | Mantiene cerrado Rafá; condiciona apertura al cumplimiento palestino |
| Hamás | Cese de hostilidades, cooperación con mediadores, renuncia al gobierno del enclave | Denuncia violaciones israelíes y reclama apertura inmediata del paso |
| EEUU y garantes | Supervisar el cumplimiento del acuerdo y proteger a los civiles | Alertan de posible ataque de Hamás; piden mantener la tregua |
El alto el fuego de octubre fue presentado como el primer paso hacia la normalización en Gaza. Sin embargo, los últimos movimientos de Israel y Hamás amenazan con desbaratar el proceso diplomático. La falta de confianza mutua y las presiones internas en ambos bandos complican la aplicación del acuerdo, mientras la población civil sigue soportando las consecuencias del bloqueo y la escasez.
Si la tensión actual deriva en enfrentamientos, la tregua podría romperse de forma definitiva, arrastrando de nuevo a la región a una espiral de violencia. Los mediadores internacionales intentan reencauzar el diálogo, pero reconocen que cada día que pasa sin avances reduce las posibilidades de una paz duradera.
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