El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha tildado este martes de «escándalo» las violaciones de la tregua pactada por las partes en conflicto en Libia, al tiempo que ha recalcado que está «profundamente frustrado» por la situación.
«Tuvimos a un número de países que se juntaron en Berlín y se comprometieron a no interferir en el proceso libio y a no enviar armas o participar de ninguna forma en los combates», ha dicho, antes de reiterar que «lo cierto es que el embargo (de armas) del Consejo de Seguridad (de la ONU) sigue siendo violado».
«Aún vemos cómo llegan aviones, tanto a Misrata como a Benghazi», ha señalado, en referencia a los principales aeropuertos utilizados por las fuerzas del gobierno de unidad y de las autoridades asentadas en el este del país, respectivamente.
En este sentido, Guterres ha manifestado que «no se ha visto ninguna reducción relevante en la violación del embargo de armas» y ha agregado que «la tregua que duró unos pocos días ha sido violada de forma dramática».
«Hemos visto ofensivas y operaciones militares de distintos tipos», ha manifestado, antes de agregar que «la única buena noticia» son las reuniones que tienen lugar en Ginebra entre delegaciones militares de ambos bandos para abordar la situación.
El secretario general de la ONU ha recalcado que el enviado especial del organismo para Libia, Ghasán Salamé, está en contacto con ambas delegaciones y ha expresado su deseo de que los contactos «produzcan algunos resultados».
«El objetivo es, desde luego, pasar de una tregua a un alto el fuego y después avanzar en lo relativo a otros objetivos», ha dicho. «Seamos claros. Lo que estamos viendo es absolutamente inaceptable», ha recalcado.
Por último, ha denunciado que en estos momentos «más y más civiles están siendo atacados», al tiempo que ha manifestado que «aparentemente, los compromisos fueron alcanzados sin una verdadera intención de respetarlos».
LOS CONTACTOS EN GINEBRA
El propio Salamé ha destacado durante la jornada que el gobierno de unidad y las autoridades asentadas en el este del país se encuentran en Ginebra con la intención de convertir la «frágil tregua» en un «alto el fuego duradero».
«Hay una clara voluntad de las dos partes», ha declarado Salamé en el marco de la Comisión Militar Conjunta, con la que la ONU aspira a allanar el camino hacia la paz en el país norteafricano. En las reuniones, que comenzaron el lunes, participan cinco representantes por cada uno de los bandos.
El grupo, cuya creación fue pactada en el foro celebrado en Berlín el 19 de enero, tiene como principal misión verificar el cumplimiento de la tregua a la que teóricamente se comprometieron las partes. Ambas, sin embargo, se han reprochado violaciones de dicho acuerdo en las últimas semanas.
Salamé ha explicado que las nuevas negociaciones están destinadas a tender puentes y determinar «cómo se puede organizar sobre el terreno un alto y fuego duradero y sostenible», para lo cual se debatirán cuestiones como el papel a desempeñar por la ONU, el régimen de supervisión o la presencia de armamento pesado.
Libia vive sumida en el caos desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011. A día de hoy, se disputan el poder el Gobierno de unidad, encabezado por Fayez Serraj y con sede en Trípoli, y otra administración establecida en el este que tiene como principal baluarte la capacidad militar de las fuerzas de Haftar, que en abril de 2019 lanzaron una ofensiva sobre la capital.
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