Angel Garrido, portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid
Ángel Garrido ha optado por atribuir al PP los logros del equipo de Cristina Cifuentes desde las autonómicas de 2015 y que ha relatado en la Asamblea. El inminente nuevo presidente regional tras la dimisión de la exlíder por el escándalo del máster ha usado en todo momento la primera persona del plural y no ha pronunciado el nombre de su antecesora hasta el final del discurso.
El hasta ahora consejero de Presidencia y Justicia ha reivindicado su «derecho a gobernar» por la «legitimidad de ser parte de la lista más votada en las elecciones de 2015». Garrido ha calificado la legislatura truncada de Cifuentes como «los tres años más productivos que el PP ha proporcionado a la Comunidad».
En su discurso en la primera jornada del pleno de Investidura, Garrido ha insistido en que nunca esperó ser el protagonista de una sesión así, y que muchos más no imaginaban vivir una legislatura como esta. Pero afirma que no «rehuirá» su responsabilidad porque pretende evitar la paralización política : «No caben experimentos, giros bruscos ni fórmulas radicales«, ha criticado respecto a parte de la oposición.
Ha apelado a la responsabilidad de la Cámara para que respalde estos objetivos y para ello se ha embarcado en un amplio repaso de los logros de su antecesora, que se ha atribuido a un sujeto grupal del que Garrido participa al mismo nivel que las siglas PP: «Madrid es hoy región que encabeza los principales indicadpres de crecimiento, en sanidad y educación, una de las regiones más prosperas y con mejores servicios públicos de España y de Europa», ha sostenido.
Repasando cifras y medidas en empleo, vivienda, sanidad, educación o investigación, el candidato a presidente que contará con el apoyo de Ciudadanos ha reivindicado que el gobierno del PP ha cumplido 215 de los 300 puntos de su programa electoral para la CAM en 2015 y que buena parte de los puntos restantes están en marcha. Reivindica así «un gobierno que termine la tarea comenzada para que el relevo pueda entregarse con el deber cumplido».
Se trata de un programa, ha expuesto Garrido, que se ha marcado como objetivos «la lucha contra el paro, la creación de empleo, la bajada de impuestos, el impulso de la sanidad y la educación públicas, la mejora del conjunto de los servicios públicos, el equilibrio social y territorial; o la gestión honrada y transparente de la Administración».
Casi al final de su extensa intervención Garrido ha pedido a la oposición su colaboración, como la que ofrecieron a Cifuentes, momento en el que la ha querido recordar con «el respeto que merece como persona y como presidenta de la Comunidad«.
Ha hecho hincapié en que es necesario reconocer que la dirigente, «que ha formado parte de la Cámara durante muchos años», ha sido una profesional que en estos años ha gobernado la Comunidad de Madrid «con dedicación y con acierto, en circunstancias muy difíciles».
También en este punto, Garrido ha hecho un llamamiento a los grupos de la oposición para que, «salvarguardando las discrepancias y distintos modelos políticos», intenten entre todos desterrar de la vida parlamentaria «la descalificación, el ataque personal y el lenguaje ofensivo». Unos vicios que, para Garrido, «nunca debieron instalarse» entre ellos.
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