La Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, a su llegada a la reunión de colegio de comisarios en Bruselas (Foto: Lukasz Kobus)
Europa quiere dar un paso decisivo hacia su autonomía militar, inspirándose en las compras conjuntas realizadas durante la pandemia del coronavirus. Ante el creciente desafío geopolítico provocado por la guerra de Ucrania y las tensiones con Rusia, la Comisión Europea asume un rol activo en la centralización de adquisiciones militares, presentando un ‘libro blanco’ en el que establece prioridades y condiciones claras. Este movimiento, que busca proteger al continente ante futuras crisis, representa además una notable reducción del papel de EEUU en la seguridad europea.
En un paso inédito, la Comisión Europea plantea convertirse en un órgano centralizado para gestionar las adquisiciones conjuntas de material militar de los Estados miembro, un modelo similar al que ya aplicó con éxito en la compra de vacunas durante la pandemia de COVID-19. La iniciativa busca superar la actual fragmentación del mercado militar europeo, permitiendo una respuesta ágil y unificada frente a eventuales amenazas.
Bruselas busca aplicar las lecciones aprendidas de la pandemia para superar la fragmentación en el sector militar
Uno de los pilares fundamentales del plan es la condición impuesta a los préstamos por valor de 150.000 millones de euros para la adquisición de armamento, exigiendo que al menos el 65% de los componentes sean fabricados en Europa. Esta preferencia busca asegurar la independencia tecnológica y militar de la UE, reduciendo su dependencia de proveedores externos, especialmente estadounidenses.
El 65% de componentes europeos será requisito obligatorio para obtener financiación europea en armamento
Según el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, el contexto actual exige una respuesta urgente y coordinada para reforzar la seguridad del continente, especialmente frente a la amenaza creciente que representa Rusia. El documento estratégico señala que, para 2025, Moscú superará el gasto militar europeo conjunto, destacando además su agresividad nuclear reciente, lo que obliga a Europa a acelerar sus planes de defensa para garantizar una disuasión creíble en 2030.
Europa se prepara para una disuasión efectiva ante la amenaza rusa, prevista hasta más allá del conflicto ucraniano
Aunque la Comisión insiste en que no se excluye explícitamente a Estados Unidos, en la práctica las condiciones exigidas limitarán significativamente su participación. Las empresas proveedoras de sistemas militares complejos deberán tener “autoridad de diseño”, asegurando la sustitución inmediata de cualquier componente sujeto a restricciones externas. De esta forma, Europa quiere garantizarse la independencia operativa y tecnológica en situaciones críticas.
El requisito de la autoridad de diseño protege a Europa frente a posibles restricciones tecnológicas estadounidenses
El plan europeo está abierto también a países aliados como Noruega, Corea del Sur, Japón o Moldavia, permitiéndoles participar en compras conjuntas, aunque sin beneficiarse directamente de los préstamos europeos. Ucrania tendrá una excepción especial, pudiendo participar en igualdad de condiciones con los Estados miembro, reforzando así su capacidad de resistencia frente a la invasión rusa.
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