Formación
El objetivo de cualquier empresa es conseguir el máximo beneficio posible. Para ello, el negocio en cuestión debe cumplir con dos máximas: incrementar los ingresos al máximo y reducir los gastos al mínimo. Si se pone el foco en estos últimos, hay unos costes que son inevitables y que, de vez en cuando, conviene revisar para ver cómo aminorarlos. Estamos hablando de los gastos fijos, aquellos que son constantes y necesarios para que una empresa funcione, y ello con independencia del mayor o menor volumen de producción o servicios prestados.
Las estrategias para reducirlos son muy variadas, ya que cada negocio es un mundo. Sin embargo, hay algunas medidas que pueden tomarse a nivel general y que suelen ser de utilidad con gastos periódicos tan esenciales como los suministros energéticos o el alquiler del local en que se desarrolla la actividad. A continuación, te damos algunos ejemplos.
Se puede renegociar el precio del alquiler o de servicios externos como la limpieza, el mantenimiento de la web o la gestoría. También habría que revisar los suministros, tanto energéticos como de telefonía/internet, a fin de comprobar que se cuenta con la tarifa que mejor se adecua a la actividad de la empresa (100 % recomendable contratar una tarifa de luz para empresas). En el caso de los proveedores, es fácil llegar a acuerdos para obtener mayores descuentos cuando aumenta la producción y con ella la cantidad de material que se compra.
El uso de herramientas de carácter digital tiende a simplificar algunas tareas rutinarias, ahorrando costes de personal. Hay programas informáticos preparados para asumir labores complejas de forma más rápida y con menos errores.
Es evidente que, desde la pandemia del COVID-19, el teletrabajo ha llegado para quedarse. Por tanto, y de ser posible en el sector, las empresas pueden plantearse tener a sus trabajadores mayoritariamente en casa. En este contexto, basta con tener un local físico, pequeño y multiusos, donde realizar tareas puntuales, en vez de contar con uno de gran tamaño dividido en diferentes estancias.
Tal y como se mencionaba en la introducción, uno de los gastos fijos más habituales está relacionado con el consumo de energía. El hecho de usar bombillas led, sensores de movimiento para iluminación o sistemas de climatización eficientes pueden ser buenas opciones para reducir el gasto de la factura.
Cuando la empresa lleve tiempo funcionando se sabrá cuánto de un determinado producto se adquiere durante los diferentes momentos del año. Esto nos servirá para realizar una gestión correcta del inventario, contando con los productos necesarios en cada momento, evitando tener de más y que estos supongan un gasto adicional sin ningún retorno económico.
En ocasiones, las empresas están suscritas a ciertos servicios de plataformas digitales que apenas usan. Revisar estas, cada equis tiempo, para ver si son prescindibles puede redundar positivamente en la reducción de gastos.
Algunas de las tareas mencionadas difícilmente serán posibles si los trabajadores y trabajadoras de la empresa no las siguen a rajatabla. A fin de que conozcan la política de actuación, y las directrices que deben seguir, nada mejor que formar a la plantilla. Esto reducirá errores costosos y, a la larga, incrementará la productividad.
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