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España, paraiso para los negocios

Hacer negocios en España es una maravilla, hay que reconocérselo al Gobierno. En casi todas partes hacer negocios implica un riesgo. Quienes invierten se enfrentan con la posibilidad de que la iniciativa fracase y pierdan su dinero. En cambio, si les acompaña el éxito, se llevan los beneficios. Es lo lógico. Aquí en cambio no es así, o no es así igual para todos. En los pequeños negocios, el que fracasa se queda cargado de deudas o en el mejor de los casos, sin gorda. Pero cuando se trata de inversores grandes, no estos problemas los resolvemos entre todos.

Lo hemos visto, mejor dicho lo hemos sufrido hace poco, cuando unos cuantos bancos, o mejor dicho Cajas, bajo gestión pésima se colocaron al borde de la quiebra pero ninguno de sus propietarios se arruinó ni que recordemos sus gestores acabaron en la cárcel. Entre todos los ciudadanos, mayormente de a pie, apoquinamos para hacerle frente a un rescate millonario. Fue una aportación de la que algunos se beneficiarán, porque las entidades rescatadas seguirán, y en cambio los rescatadores entre los cuales nos encontramos el lector y el firmante, no parece que vayamos a ser resarcidos.

Ahora ocurre algo parecido con las carreteras radiales, en su mayor parte en los accesos a Madrid. No hacían ni puñetera falta como entonces se dijo y el tiempo viene demostrado pudiendo contarse con los dedos de las manos los coches que, en muchos casos por error, las utilizan. Las tales radiales, han fracasado, algo normal y de lamentar si hubiese ocurrido en otro país. Aquí no: el Estado las rescata a golpe de talonario, para que los inversores no sufran tirará de la recaudación de nuestros impuestos y se la quedará para que las pérdidas sean compartidas. Ni siquiera para dejarlas libres. ¡Qué va!

Seguirán siendo de peaje caro y se encargará a empresas privadas para que las gestionen, imaginamos que no de forma desinteresada. El rescate que tendremos que apoquinar según el Tribunal de Cuentes es de cerca de cuatro mil millones de euros, un pastón. Para hacerse una idea, como adelantaba El Boletín, más del doble del presupuesto gastado el año pasado en la mejora de autovías y carreteras que así están de deterioradas. Tendremos que seguir circulando con riesgos y dando botes entre tantos baches.

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España, paraiso para los negocios

Diego Carcedo

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