Rodrigo Rato, expresidente de Bankia
Esta cantidad se ha destinado a cubrir las abultadas pérdidas de BFA, la antigua matriz de Bankia y actual accionista de Caixabank, con el 16,12% de su capital. De hecho, el FROB, la Autoridad de Resolución Ejecutiva, explica en su última memoria anual que no incluye esta cifra como cantidades recuperadas porque se mantienen en el balance de BFA.
Los 3.530 millones de euros se dividen en los 1.304 millones resultado de la venta del 7,5% de Bankia en enero de 2014, los 818,3 millones de la desinversión del 7% de su capital en 2017 y el importe acumulado de dividendos que ha percibido BFA con cargo a los ejercicios 2014-2021, procedentes de Bankia, o de Caixabank tras su fusión, y que asciende a 1.407 millones.
El plan de reestructuración de la entidad, aprobado por la Comisión Europea en noviembre de 2012, impedía el pago de dividendos a BFA hasta 2015. Pero una vez finalizada esta restricción, BFA debía abonar al FROB, entonces su accionista único, un dividendo equivalente al 50% del exceso de capital sobre los requerimientos regulatorios mínimos de la entonces matriz de Bankia, incrementado éste en un colchón de cien puntos básicos. Era una vía para que el Estado recuperara el dinero del rescate.
Sin embargo, dicho plan también eximía a BFA de abonar este dividendo si, a juicio del organismo supervisor o de la propia entidad, el pago podía poner en riesgo su posición de solvencia en los ejercicios venideros.
Así, todos los años, ha habido una dispensa en los pagos del dividendo al FROB porque se ha considerado que era más prudente continuar acumulando capital para hacer frente a contingencias. Hasta ahora, el importe de los dividendos y desinversiones se ha destinado a provisiones por pérdidas de valor de sus activos e indemnizaciones por las preferentes y por la salida a bolsa de Bankia en 2011.
El grupo BFA-Bankia recibió una inyección de 22.424 millones de euros, de los que 10.620 millones fueron a parar directamente a Bankia (la filial cotizada). Posteriormente, el grupo absorbió Banco Mare Nostrum, que había recibido un rescate de 1.645 millones de euros (del que tampoco se ha recuperado nada), situando la cifra total en 24.069 millones.
Cada vez es más improbable que el Estado recupere todo el importe. Por el momento, el valor de mercado de la participación pública en la entidad resultante tras la fusión de Caixabank y Bankia asciende a algo menos de 3.900 millones de euros. Así que todo dependerá del tiempo que el FROB permanezca como accionista, un plazo que debería concluir en diciembre de 2023 aunque se podrá alargar; de los dividendos y del uso de estos.
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