Joan Ribó, alcalde de Valencia
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, se ha mostrado partidario, para atajar la escalada de contagios de Covid, de un “confinamiento parcial” en el que “las personas puedan salir a trabajar o ir al colegio”, pero no haya alternativas como acudir a grandes centros comerciales o “centros donde la gente se reúne y por comer o beber algo no se utiliza la mascarilla”.
Así lo ha expresado el primer edil en declaraciones a Europa Press Televisión, en las que ha vuelto a insistir en la petición lanzada este martes para que los ciudadanos hagan un autoconfinamiento voluntario “al máximo de sus posibilidades”. “Autoconfinarse depende de cada uno, pero es un llamamiento para decirle a la población que todo aquello que pueda hacer para disminuir el nivel de relación debe hacerlo en beneficio, en primer lugar, suyo; en segundo lugar, de sus familiares y amigos y en tercer lugar de toda la sociedad”, ha declarado.
Este llamamiento es consecuencia, ha reflexionado Ribó, de “unos datos muy malos”, tanto en la Comunidad como en la ciudad de Valencia. “Es muy importante que seamos conscientes de que todo el mundo tiene que aportar lo que le sea posible para frenar esta pandemia, que está en un momento álgido”, ha aseverado.
En este sentido, ha advertido que los números en la capital del Turia son “muy preocupantes” y “alarmantes”, tanto por la incidencia acumulada como por la presión hospitalaria que ha hecho que la Generalitat se plantee el uso de los hospitales de campaña, y ha instado a “a las autoridades a tomar las medidas necesarias que los ayuntamientos no podemos tomar”.
Preguntado por si aboga por aplicar restricciones más duras, Ribó ha comentado que “es una decisión que debe tomar la Generalitat”, pero ha añadido que, “a nivel personal”, cree que el momento es propicio para “tomar más restricciones”.
“No es un buen momento para equilibrar economía y salud. Las autoridades, incluso a nivel internacional, consideran que puede mejorar la economía más la con una restricción dura en un momento determinado que intentar contemporizar ambas cosas”, ha argumentado.
Ha puntualizado que su idea no es un nuevo “confinamiento domiciliario en sentido estricto, porque hay una serie de tareas que hay que mantener”. Se ha referido aquí a la “polémica de la educación”: “los niños seguramente están más seguros en el colegio que muchas veces en sus casas”.
Además, mantiene que “hay tareas económicas que hay que realizar”, pero también “otras que claramente hay que suprimir”. “Por decirlo de una manera muy gráfica, -ha precisado- todos aquellos centros donde la gente se reúne y, por tomar o beber algo, las mascarillas no se utilizan. En ese tema sí habría que ser muy drástico”.
Sería, por tanto, “un confinamiento parcial en el que las personas pudieran salir a trabajar y al colegio, pero cuando acabaran sus tareas volvieran a sus casas sin otras alternativas importantes y evitando los grandes centros comerciales y concentraciones”.
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