La evanescente promesa de bajar los impuestos, en algún momento, vuelve a alejarse en el tiempo tras el ‘toque de atención’ que la Comisión le ha dado al Gobierno español. Rajoy no podrá cumplir su evanescente compromiso de bajar alguna vez los impuestos. Por lo menos, hasta 2017 y siempre que siga siendo presidente del Gobierno. Esa es, al menos, la opinión de muchos expertos que ven muy complicado que el Ejecutivo se atreva a dejar de atender las sugerencias que le llegan desde Bruselas y Berlín.
Así que habrá subida de impuestos. Pronto. Y será así, según algunos analistas, porque en Bruselas no se creen la previsión de crecimiento del Gobierno, que consideran demasiado optimistas. Lo mismo que la estimación de ingresos, que se basa sobre todo en la lucha contra el fraude.
O sea que habrá que subir impuestos para cuadrar un desfase cuantificado por la Comisión en 35.000 millones de euros, en los próximos tres años. Y habrá que hacerlo, con independencia de los ‘brindis al sol’ de, por ejemplo, Luis de Guindos, que aseguraba hoy que ‘había margen’.
Y quizá lo haya. En el futuro. Pero antes toca cumplir las últimas recomendaciones recibidas desde Bruselas. En concreto, eliminar todas las desgravaciones del IRPF y Sociedades y aumentar el IVA de los productos que aún disfrutan de la tasa reducida.
Pero, ¿cómo presentar este ‘trágala’ para que no suponga una humillación? Sobre todo en un Gobierno que ‘presume’ de no haber pedido el rescate, obviando el plan de salvamento de la banca, y de no obedecer órdenes de Bruselas. Probablemente, vistiéndolo de reforma fiscal, según creen algunos analistas.
“Cuando tienes un déficit del 7% y un ratio deuda-pib” casi del 100%, las recomendaciones de Bruselas son la Ley”, explica un experto español que pide no ser citado. “No se puede ir de ‘sobrado’ ni amagar con que se van a bajar impuestos, cuando te indican que hagan justamente lo contrario”. Por ahí habría llegado el duro toque de atención de hoy.
Una ‘violencia’ verbal que no se esperaba y que ha cogido también por sorpresa al equipo económico de Rajoy. En especial a un Cristóbal Montoro que había anunciado a los cuatro vientos el fin de la crisis y una tregua en las subidas de impuestos que va camino de convertirse en todo lo contrario.
Otras fuentes consultadas por elboletin.com aseguran que en Bruselas hay mucho malestar con la actitud del Gobierno español. No están de acuerdo con la versión que se ofrece a la ciudadanía sobre la mejora experimentada por las constantes macroeconómicas del país.
En el entorno de la Comisión se atribuye el ‘éxito español‘ a la actitud del presidente del BCE, que se comprometió a hacer todo lo necesario para salvar el euro, y a la buena disposición de Bruselas que elevó del 4,5% al 6,5% el objetivo de déficit para 2013.
Nada que ver con las supuestas bondades de las reformas aplicadas por Rajoy, que promociona el Gobierno español en su ‘mercado interno’. De hecho, la única reforma importante, la laboral, habría sido un completo fracaso.
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