El pasado 17 de abril Florentino Pérez se perdió uno de los partidos más importantes del Real Madrid con él al frente del club blanco, una semifinal de Champions contra el Bayern de Munich. Cuando los bancos aprietan no hay distracción que valga. En esa fecha ACS se vio obligada a vender un 3,7% del capital social de Iberdrola para poder hacer frente a sus numerosos préstamos. Esta desinversión supuso una victoria para su rival Ignacio Galán en una batalla que comenzó hace ya seis años y cuyo final parece estar ya muy cerca.
En esta pugna, la constructora que controlan los March y los Albertos ha sido derrotada repetidamente en los tribunales y ha contraído una enorme deuda para ampliar su participación en la eléctrica con el objetivo de obtener un control que nunca ha conseguido, algo que ha complicado y mucho la situación financiera del grupo. Por si fuera poco, la vuelta de los blindajes a las empresas cotizadas ha sido la puntilla.
ACS luchaba hasta el año pasado por logran algún puesto en el consejo de administración de Iberdrola, pero ahora parece haber tirado la toalla.
La compañía que preside Florentino Pérez registró hasta el 30 de septiembre unas pérdidas de 1.099 millones, frente a unos beneficios de 739 millones en el mismo periodo de 2011, debido, sobre todo, a las minusvalías de 599 millones derivadas de la venta del 3,7% de Iberdrola y al ajuste del valor del 13,7% restante, además de los costes relacionados con la refinanciación del pasivo asociado a esta inversión.
Su deuda se situó en 9.214 millones, y tiene pendiente de refinanciar 1.436 millones en 2013 y 1.302 millones en 2014. Para afrontar esta situación, Florentino Pérez decidió suspender el dividendo que tradicionalmente repartía en el mes de agosto. ACS aún no ha aclarado qué pasará con sus dividendos futuros y esta incertidumbre preocupa a los mayores socios de la constructora.
De hecho, según han asegurado algunos medios, la tensión ha estallado entre Florentino y los Albertos a cuenta del dividendo. Cortina y Alcocer decidieron este verano reducir su participación en ACS (vendieron un 3% del capital de la constructora) para poder hacer frente también a sus compromisos financieros. Los March también se han visto muy afectados por esta situación y han visto como las pérdidas registradas por ACS en sus cuentas del segundo y tercer trimestres han provocado el consiguiente efecto arrastre en los resultados de Banca March.
Por el momento, ACS no se ha pronunciado sobre si el dividendo quedará definitivamente suspendido o si mantendrá el complementario con cargo a reservas.
De modo que el asalto a Iberdrola, que fue un empeño personal de Florentino Pérez y que en un principio no contó con la oposición de los mayores accionistas de ACS, se ha convertido en uno de los menores problemas de la constructora. El devenir de los acontecimientos ha minado el ánimo de casi todos en ACS y la aventura en la eléctrica parece tener los días contados.
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Florentino Pérez tira la toalla en Iberdrola
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