Accesos de Madrid, la gestora de las autopistas radiales R-3 y R-5 participada por las constructoras ACS, Sacyr y Abertis ha solicitado este viernes ante los Juzgados de lo Mercantil de Madrid el preconcurso de acreedores. Una circunstancia que, sin embargo, pasaba inadvertida en Bolsa para las tres compañías, que se movían en línea con un Ibex 35 plano.
Según ha publicado hoy la agencia Europa Press, citando fuentes de la concesionaria, el consorcio madrileño contará con un plazo máximo de cuatro meses para negociar con su sindicato de más de treinta bancos acreedores un pasivo que ya asciende a 666 millones de euros. En este grupo de entidades, la nacionalizada Bankia actúa como agente y se cuentan varias firmas internacionales.
Los analistas consultados al respecto de la reacción en Bolsa de sus tres constructoras accionistas destacan que esta posibilidad ya había sido descontada en parte por los inversores. Ciertamente, las tres cotizadas han solicitado a través de sus filiales de gestión de carreteras en repetidas ocasiones más ayudas por parte de las administraciones públicas para evitar el extremo que hoy parecía confirmarse. Los expertos también destacan que estas dos radiales madrileñas suponen una pequeña parte del negocio de autopistas de las compañías de Florentino Pérez, Manuel Manrique y Salvador Alemany.
La concesionaria de la R-3 y la R-5 se ha visto abocada a acogerse a esta figura ante la incapacidad de atender al vencimiento de la nombrada deuda bancaria, fijado para el próximo 15 de septiembre. El capital social de este consorcio se reparte entre Abertis, con una participación del 35%, Sacyr (25%), ACS (20%) y una sociedad de participaciones de la antigua Caja Madrid, que cuenta en su cartera con el restante 20%.
La R-3 registró una intensidad media diaria de unos 10.383 vehículos en el primer trimestre del año, un 15,3% menos que un año antes, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Fomento. De su lado, el tráfico de la R-5 cayó un 16,2%, hasta unos de 7.514 usuarios diarios.
El preconcurso es una posibilidad que contempla la nueva Ley Concursal. Esta figura jurídica permite a una empresa, como es el caso ahora de Accesos de Madrid, reconocer ante un juez su incapacidad de atender sus pagos y vencimientos, y disponer de un cuatrimestre como máximo para pactar una reestructuración de deuda con los acreedores antes de declararse en concurso propiamente, lo que antes se conocía como suspensión de pagos.
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