Los sindicatos confían en que los bancos y cajas de ahorros que entren en la nueva ronda de fusiones no se acojan a los despidos baratos que ofrece la nueva reforma laboral a la hora de reducir sus plantillas, sino que continúen por el camino tomado hasta ahora, basado en las prejubilaciones y las bajas incentivadas.
Fuentes sindicales consultadas por EL BOLETÍN han señalado que “hasta que no se sepa como va a ser la reestructuración del sector financiero no se sabrá cómo deberán producirse las salidas”, al mismo tiempo que han recordado que “existen otras vías” diferentes al despido.
No obstante, dependerá también de las entidades que entren en el baile de fusiones, ya que algunas ya han agotado prácticamente la vía de las prejubilaciones. También del tamaño de los bancos o cajas involucrados en los procesos variará el número de bajas. Por ejemplo, la fusión CaixaBank-Bankia con la que estuvo especulando el mercado supondría el mayor ERE de la historia de España debido al solapamiento de redes que presentan ambas.
Cifra arriba o abajo, el mercado calcula que el sector podría reducir las plantillas en al menos otras 20.000 personas, con el cierre de unas 7.000 sucursales, una vez se complete la segunda ronda de fusiones. Desde el inicio de la reestructuración financiera, el número de empleados se ha recortado en más de 14.500, desde la cifra récord de 278.301 trabajadores alcanzada en 2008 a los 263.715 empleados de banca que había a cierre de 2010, según datos del Banco de España.
En ese sentido, la intención de los sindicatos es que se eviten las salidas forzosas, buscándose métodos alternativos “más flexibles”, tales como las excedencias incentivadas, las prejubilaciones y las reducciones de las jornadas laborales.
Hasta el momento, un 90% de las reducciones de plantillas se han llevado a cabo por la vía de las prejubilaciones, completadas con bajas incentivadas.
A la espera de los nuevos recortes, los sindicatos y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) firmaron hace unas semanas el convenio del sector de ahorro, que afecta a unos 100.000 empleados.
Entre los acuerdos alcanzados por ambas partes, destaca la congelación de la retribución de este año. La subida salarial se limita entre el 1% y el 1,25% para 2013 siempre que la economía no esté en recesión. El convenio contempla también un aumento salarial de entre el 1% y el 2% para 2014, condicionado a que España haya logrado para entonces salir de la recesión.
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