Los depósitos de la banca aumentan en 802.000 euros desde que se introdujeron los tipos negativos, frente a los 169.000 millones en que aumentaron los créditos. En junio de 2014, el Banco Central Europeo (BCE) introdujo los tipos de interés negativos en la eurozona al rebajar hasta el -0,10% el tipo de la facilidad de depósito, lo que en la práctica se traducía en que los bancos debían pagar por poner su dinero a salvo en la ‘hucha’ de la institución. Con este movimiento, que no fue el último, los hombres de Draghi pretendían que se reanimase el flujo de crédito, pero casi tres años después los resultados no han sido los esperados.
En concreto, el BCE ha reducido su tasa de depósito hasta en cuatro ocasiones, por lo que actualmente se sitúa en el -0,4%. Esto significa que los bancos deben pagar un interés del 0,4% por depositar su exceso de liquidez, pero en momentos de cierta incertidumbre, pasar por caja parece ser un mal menor para las entidades. De hecho, los intereses pagados al banco central el año pasado sobre esos fondos ascendieron a 3.600 millones de euros, según los datos recogidos por Bloomberg.
La tendencia, además, parece ir a más. El pasado mes de febrero, los bancos europeos tuvieron depositados una media diaria de 442.394 millones de euros, frente a los 439.311 millones de enero. El uso de la facilidad de depósito del BCE por las entidades del Viejo Continente registró su máximo histórico el 5 de marzo de 2012, cuando los depósitos sumaron un total de 827.534 millones de euros, y llegó a caer hasta apenas 13.587 millones cuando la institución empezó a cobrar por este servicio.
También cuestionable ha sido la efectividad de la medida para reanimar el crédito. Desde junio de 2014, los depósitos de los bancos de la zona del euro han aumentado en 802.000 millones de euros, con datos hasta enero. Algunos bancos han cobrado a los clientes corporativos intereses por sus depósitos, pero aun así los fondos han aumentado un 18%. Entre los clientes particulares, a los que no se ha cobrado en ningún caso, la subida es del 7,6%. En el mismo plazo, los préstamos a empresas y consumidores aumentaron en 169.000 millones.
No obstante, aunque los tipos negativos no han logrado del todo recuperar el crédito, sí que al menos han logrado frenar la sangría, en un escenario muy complicado en el que los bancos europeos todavía no han logrado digerir del todo la morosidad que lastra sus balances. En los dos años anteriores a junio de 2014, los préstamos a empresas y hogares habían caído un 5,2%, mientras que en 2015 lograron subir un 0,5% y en 2016 un 1,4%.
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