El dinero español que sale del país para volver a suelo nacional aumenta un 330%, cifra récord de esta técnica que apunta a paraísos fiscales. Sacar el dinero de España para volver a invertir desde el extranjero. Es la técnica que ha hecho posible esta paradoja: el segundo país que más invierte en España es la propia España. Y esa inversión desde el exterior ha crecido un 330% durante 2015, tras venir aumentando de año en año desde el inicio de la crisis.
Las inversiones que técnicamente proceden del extranjero pero cuyo titular último es residente en España se contabilizan como inversión productiva exterior. Es lo que se denomina inversión “de ida y vuelta” o “round-trip investment”, y la realizan sociedades españolas que tienen participaciones en otras sociedades españolas pero que invierten a través de sociedades intermedias no residentes. Ese viaje puede ahorrar muchos impuestos al dinero de un inversor, que sale del país hacia un paraíso fiscal y vuelve desde allí aunque la residencia de su titular siga siendo, en este caso, España.
Los últimos datos del Ministerio de Economía y Competitividad sobre la inversión productiva desde el exterior confirman que esta técnica aumenta vertiginosamente año a año: el pasado se recibió una inversión de dinero español desde el extranjero que asciende a 3.273 millones de euros. Y aunque la cartera de Luis de Guindos informa de que “prácticamente el total de esa inversión corresponde a una sola operación”, no ha sido así en los últimos cinco años.
En 2010, el dinero español que procedía del extranjero apenas alcanzaba los 400 millones. En 2011 creció levemente y se preparó para su primer gran aumento: en 2012 la partida se incrementó hasta los 1.195 millones de euros. En 2013 casi roza los 2.000 euros, y tras una fuerte caída en 2014, el pasado ejercicio batió el récord definitivo, lo que convierte a España en el mayor inversor foráneo, sólo por detrás de Luxemburgo. La inversión de apellido español que llega desde fuera de las fronteras supone ya más del 15% del total.
El análisis de los datos que ofrece la Secretaría de Estado de Comercio a través de la aplicación Datainvex demuestra que la mayor parte del capital español que regresó en 2015 procede de un solo país: Países Bajos, desde donde se invirtieron en España 3.089 millones de titularidad nacional. Se trata de un país con una fiscalidad muy atractiva y en pleno corazón europeo. Sin que la OCDE haya reconocido su estatus de paraíso para la evasión, los analistas señalan a Países Bajos como tal, debido a sus bajos impuestos sobre los beneficios empresariales.
El dinero no goza en Holanda de la opacidad característica de un paraíso fiscal al uso. Las empresas que operan allí deben presentar informes, hacer transparente su actividad y no incurrir en prácticas ilícitas. No obstante, los países del entorno han venido acusando al país de una ventaja desleal a la hora de optimizar las ganancias a base de imposición inexistente para los grandes holdings empresariales.
No en vano, Países Bajos es el tercer origen que más inversión productiva hace llegar a España, independientemente del dinero español que vuelve desde allí. El 12,8% del total, unos 2.777 millones de euros,se invirtieron en España en 2015 desde Países Bajos, más del doble que durante el ejercicio anterior.
Paraísos oficiales para la evasión
Pero más allá de la residencia del dueño último del dinero, hay otro dato revelador en los números que ayer publicaba el Ministerio de Economía: el dinero que proviene de “paraísos fiscales” aumentó un 31% el pasado año. Desde estas zonas oscuras para el capital llegaron a España 633 millones de euros en inversiones productivas.
Una cantidad en aumento teniendo en cuenta que lo que Economía considera paraísos fiscales deja fuera a países como Emiratos Arabes Unidos, Andorra, Hong-Kong o el propio Luxemburgo, ganador del ránking de inversores en España y considerados, en la práctica, territorios propicios para la evasión y la elusión de impuestos. España sacó a estos países y a otros once de la lista de paraísos fiscales, al suscribir con ellos Convenios para evitar la doble imposición.