Policía Nacional
La tranquilidad de Torre Pacheco, un municipio agrícola del Campo de Cartagena, se ha visto sacudida por un suceso que mezcla violencia gratuita, manipulación política y tensiones sociales. La brutal paliza sufrida por Domingo, un vecino de 68 años, ha sido el detonante de un conflicto que trasciende el ámbito local y pone el foco en los peligros de los discursos de odio, los bulos virales y la instrumentalización del miedo.
La agresión tuvo lugar a las 6:00 del miércoles en las inmediaciones del cementerio. Domingo, como cada mañana, caminaba por la zona cuando fue sorprendido por varios jóvenes. Uno de ellos se le lanzó encima y comenzó a golpearle sin previo aviso, derribándolo al suelo, donde recibió más golpes y patadas. Aunque le registraron los bolsillos, no robaron nada. El reloj que llevaba, de cierto valor, no fue sustraído.
Las autoridades no descartan que el ataque forme parte de un reto viral que promueve la violencia contra personas vulnerables para obtener “likes” y visualizaciones en redes sociales. De momento, la Guardia Civil y la Policía Local siguen investigando para identificar a los agresores.
“No fue un robo. Fue una salvajada para grabarlo y subirlo a redes”, resumía con indignación un familiar de la víctima
Aunque Domingo señaló que los atacantes le parecían jóvenes magrebíes, no pudo identificarlos. Sin embargo, esa percepción fue suficiente para que colectivos ultras y partidos de extrema derecha comenzaran una campaña en redes sociales y canales de Telegram. El grupo ‘Deport Them Now’ convocó una “cacería” de tres días, con “patrullas vecinales” que prometían “justicia directa”.
El ambiente se enrareció hasta estallar el viernes en una concentración bajo el lema “Torre Pacheco, libre de violencia, libre de delincuencia”, convocada en principio de forma pacífica.
La manifestación se tornó en un campo de batalla. A gritos de “viva Franco”, “a vuestro país” y “me cago en tus muertos”, se produjeron agresiones verbales y físicas entre vecinos y personas llegadas de fuera, según fuentes policiales. Algunas de las personas más violentas no eran del pueblo, sino que acudieron con la intención expresa de reventar la protesta.
Vox celebró su propia concentración acusando a “bandas de magrebíes” de sembrar el pánico en la localidad, mientras que Podemos exigió la intervención del Gobierno para evitar más actos violentos.
Torre Pacheco cuenta con más de 40.000 habitantes, y alrededor del 30% son inmigrantes, la mayoría de origen marroquí. Muchos de ellos trabajan en la agricultura intensiva, un pilar económico de la zona. La convivencia, hasta ahora relativamente pacífica, está en riesgo.
“No podemos permitir que discursos de odio dinamicen la convivencia que tanto nos ha costado construir”, advirtió la delegada del Gobierno en Murcia, Mariola Guevara Cava
Mientras se desata la tormenta política y social, Domingo se recupera en casa, rodeado de su familia. Físicamente está estable, pero emocionalmente destrozado. Su historia ha sido utilizada como combustible para una maquinaria de odio que él no ha pedido y que lo ha convertido, sin quererlo, en el símbolo de una fractura que amenaza con romper la convivencia en Torre Pacheco.
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