La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, durante una rueda de prensa tras la reunión del Comité de Dirección del partido, en Madrid (España) a 2 de marzo de 2020.
La salida de Cuca Gamarra como número dos del Partido Popular no sorprende a nadie dentro de Génova. Su papel como gestora de una compleja transición interna ha sido valorado con matices por diferentes sectores del partido, que reconocen tanto su lealtad como sus limitaciones a la hora de manejar las fricciones internas, especialmente con los sectores más conservadores del PP.
Desde su designación en abril de 2022, Gamarra ha sido una figura clave en el intento de mantener la cohesión del partido tras la abrupta salida de Casado y la llegada de Feijóo. Sin embargo, su rol ha sido percibido más como una figura de transición que como una verdadera número dos ejecutiva, según destacan diversas fuentes del PP.
A lo largo de estos tres años, ha tenido que lidiar con la reconfiguración del partido, las elecciones generales, las negociaciones con Vox y los intentos de reposicionamiento ideológico liderados por Feijóo. En muchas de estas tareas, su presencia fue sustituida, en la práctica, por Miguel Tellado, actual portavoz en el Congreso y hombre de máxima confianza del presidente del PP.
Su salida responde a una decisión personal, aunque también a la consolidación del núcleo duro de Feijóo en la dirección del partido
La salida de Gamarra abre la puerta a una renovación en la estructura del PP que parece tener ya un nombre claro: Miguel Tellado. El gallego, muy cercano a Feijóo, ha ido asumiendo progresivamente funciones orgánicas de peso y es el favorito indiscutible para tomar el relevo en la Secretaría General.
Tellado ha demostrado un perfil más combativo y alineado con la estrategia política actual del PP, especialmente en el Congreso, donde ha desplegado una oposición frontal al Gobierno de Pedro Sánchez.
Uno de los principales problemas que enfrentó Gamarra durante su etapa fue su débil relación con el sector más duro del PP, que nunca terminó de aceptar su papel intermedio ni su tono moderado. Estas diferencias se hicieron evidentes durante la negociación de pactos postelectorales y en las decisiones estratégicas del partido en relación con Vox.
La falta de conexión con los sectores más conservadores del partido terminó debilitando su capacidad de liderazgo interno
El Congreso Nacional del PP, previsto para este fin de semana, será no solo el escenario del relevo formal de Gamarra, sino también una oportunidad para Feijóo de reforzar su control absoluto sobre la dirección del partido y enviar un mensaje de unidad de cara al nuevo ciclo político.
La salida de Gamarra marca el fin de una etapa de transición y la posible consolidación de una dirección plenamente alineada con el actual líder popular.
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