Puerta de Brandeburgo (Berlín, Alemania)
Alemania enfrenta costes energéticos altos, pérdida de competitividad exterior y un mercado laboral presionado por el descenso del consumo.
La discusión política sobre las reformas anunciadas por el Gobierno de coalición liderado por Friedrich Merz se cruza con un sector empresarial cada vez más inquieto. Los institutos económicos alertan de que la economía sigue “sobre piernas temblorosas”, mientras las empresas retrasan decisiones de inversión.
Las asociaciones empresariales reclaman reformas profundas para recuperar competitividad
El Ejecutivo prometió un “otoño de reformas”, pero las divisiones internas mantienen paralizadas medidas clave, como los cambios en el sistema de pensiones. La patronal reclama más ambición y advierte de que la recuperación no llegará sin un paquete amplio de reformas estructurales.
El banco IKB señala que el repunte dependerá también de un cambio de ánimo entre las compañías. El instituto Ifo registra un empeoramiento del clima empresarial entre las 9.000 firmas que consulta regularmente.
El clima empresarial alemán continúa deteriorándose y retrasa las decisiones de inversión
El retroceso exportador añade presión adicional. Las cuotas de mercado de productos alemanes caen desde 2017 y la política arancelaria de EEUU complica aún más la situación. La BGA prevé un descenso del 2,5% este año y advierte de que muchos aranceles hacen “imposible” operar en el mercado estadounidense.
El impacto es relevante en un país donde casi uno de cada cuatro empleos depende de las exportaciones. La pérdida de competitividad afecta al sector químico, a la ingeniería mecánica y a la industria eléctrica.
El Gobierno plantea subsidios a la electricidad industrial, rebajas fiscales en aviación y restauración y ampliaciones de prestaciones sociales. Sin embargo, economistas como Monika Schnitzer alertan de que estos recursos se destinan a colectivos “que no lo necesitan necesariamente”, sin acelerar el crecimiento.
Además, una parte sustancial de los fondos para infraestructuras —unos 133.000 millones hasta 2029— corresponde a proyectos ya planificados, por lo que no aportarán impulso adicional.
Aunque la inflación ha retrocedido desde los picos del 9%, los precios siguen muy elevados. Los alimentos son hoy un 37% más caros que en 2019 y los economistas prevén que la inflación continuará por encima del 2%, lo que presionará aún más el poder adquisitivo de los hogares.
El encarecimiento de bienes y servicios ralentiza el consumo privado y amenaza la viabilidad de numerosos comercios. El Ifo detecta un repunte de empresas que ven comprometida su continuidad, especialmente en el comercio minorista.
La industria automovilística ha destruido cerca de 50.000 empleos en un año y la recuperación laboral del tercer trimestre ha sido débil. Por factores estacionales, el número de desempleados podría superar los tres millones en enero y febrero.
| Indicador | Último dato disponible |
|---|---|
| Crecimiento previsto 2026 | 0,9% – 1,3% |
| Variación exportaciones 2025 | -2,5% |
| Aumento precios alimentos desde 2019 | 37% |
| Destrucción de empleo automoción (último año) | 50.000 puestos |
| Empresas encuestadas por Ifo | 9.000 |
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