Era 1968 cuando Hilario Camacho grababa su primer single, que incluía la canción El son del desahucio con letra del poeta cubano Nicolás Guillén. Fue un himno antifranquista en aquel tiempo en que, como ahora, los estudiantes tomaban la calle. Ahora es la nueva canción de guerra del 15m.
La letra del tema en la que el poeta cubano narraba una situación habitual en la Cuba anterior a la revolución a mediados del pasado siglo XX tiene ahora un claro paralelismo con lo que pasa en España en este inicio de la segunda década del XXI.
La lamentable realidad social que golpea a gran parte de la población más golpeada por la crisis que, tras perder su trabajo también pierde su casa puede convertirse en un estímulo para que el público revise la obra imperecedera de este extraordinario músico madrileño ya fallecido.
En su día, Hilario, no fue un adalid de la canción protesta al uso, demasiado contracultural y roquero para el gusto dominante en las filas de la progresía. Y de hecho el éxito le fue esquivo. Sólo llegó de verdad al gran público cuando compuso la sintonía de ‘Tristeza de amor´, una serie que cautivó a las audiencias en los ochenta. Ahora, post mortem, su música puede tener otra oportunidad.
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