Es el sexto oro para España en la cita brasileña. La española Carolina Marín se convirtió hoy en la primera mujer de fuera de Asia que logra el oro olímpico en bádminton, al batir en la final de los Juegos de Río a la india Sindhu Pusarla por 19-21, 21-12 y 21-15.
Desde su incursión en el programa olímpico en Barcelona 1992, ninguna jugadora no asiática se había subido a lo más alto del podio. Las que más cerca estuvieron, con una plata, fueron la danesa Camilla Martin y la holandesa Mia Audina, aunque esta última es de origen indonesio.
«Con todos los respetos, es como si alguien de las Islas Maldivas ganara a Usain Bolt en el atletismo», había dicho el seguro, concienzudo y revolucionario entrenador de la española, Fernando Rivas, un día antes de la final.
El éxito de la española, una anomalía en un país con nula tradición en el bádminton, es el sexto oro para España en la cita brasileña.
La número uno del ranking y bicampeona mundial no había perdido ningún set en todo el torneo hasta el día de hoy. Pero Pusarla, una jugadora de imponente presencia, con casi 1,80 de altura y un «smash» demoledor, demostró hoy por qué es una de las jugadoras más en forma del circuito y por qué estaba en la final olímpica.
Marín tenía el primer set controlado. Llegó a mandar por 19-16, pero por algún motivo se desconectó y un parcial de 5-0 le dio la primera manga a la india, que lo celebró con la furia que merecía y desató el delirio de sus bulliciosos fans en el pabellón 4 de Ríocentro.
India es uno de los países más poblados del mundo, pero apenas tenía hasta ahora una medalla de bronce en lucha, así que todo el país tenía puesta su mirada en la final disputada hoy en la mañana carioca.
Marín, cuya fortaleza mental es casi más decisiva que la movilidad de sus piernas, reaccionó como reaccionan los número uno. Empezó el segundo set dominando el juego, abrió rápido distancia en el marcado y, esta vez, supo conservarla.
Habían pasado casi 50 minutos de partido y todo volvía al punto de inicio. El tercer set decidiría si el bádminton tendría al fin una campeona olímpica de fuera de Asia.
Marín empezó como suele hacerlo, arrolladora, pero Pusarla no estaba dispuesta a ponerlo fácil. Con 11-10, el técnico español, Fernando Rivas, fue conciso en su mensaje: «Hay que jugar como en el segundo set, intensidad y variedad».
La española abrió en seguida cuatro puntos de ventaja. La india los redujo a dos, pero ahí se terminó su resistencia. En el segundo de los seis puntos de partido de que dispuso, Marín consumó su revolucionario éxito.