El inicio escolar en la Comunidad de Madrid no puede decirse que ha estado protagonizado por la normalidad. Cientos de alumnos han comenzado las clases en centros inacabados, en barracones o desplazados temporalmente en colegios concertados por las obras. Ante este escenario, las acciones no se han hecho esperar: las familias se han movilizado, las denuncias de los sindicatos han aparecido e incluso Podemos ha llevado esta situación a la Fiscalía Anticorrupción.
Sin embargo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha querido apagar el fuego. En primer momento, la líder regional ha pedido “disculpas” a las familias por los retrasos y, acto seguido, como realizó ya su consejero de Educación, ha culpado a las constructoras por “todos” los retrasos. Pese a ello, ha matizado que “el 100%” de los alumnos están escolarizados y que las obras se van a terminar a la “mayor rapidez”.
Asimismo, Cifuentes ha avanzado este lunes que su gobierno está trabajando “en algunas fórmulas” para evitar que el próximo curso se repitan los retrasos. Algo que ha ido sucediendo años atrás. Tampoco es la primera vez que la comunidad educativa exige al Ejecutivo parlamentario a que se renuncie a la construcción por fases y a que el criterio precio sea el único que tiene peso en la adjudicación de las obras de estas infraestructuras.
Respecto a los barracones que sufre el colegio Jorge García Nieto, en las Rozas, y el Neil Armstrong, en Valdemoro, la presidenta autonómica ha recordado que fueron las propias familias las que pidieron la instalación. Aun así, la también líder del PP de Madrid ha garantizado que esta situación -que afecta a cerca de 200 estudiantes- se dará “por muy poco tiempo”.
Por todo ello, Cifuentes, que ha explicado que ‘únicamente’ ha habido incidencias en diez centros, ha afirmado que “no ha habido tal caos que se quiere decir”. “No es justo que se genere alarmismo en un sistema educativo extraordinario donde se están haciendo esfuerzos”, ha reprochado. Por último, ha exigido a los sindicatos que colaboren “porque el interés máximo es que las incidencias sean las mínimas y el curso se desarrolle sin problemas”.
“Pero tenemos que trabajar todos con lealtad y con crítica constructiva”, ha concluido.
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