El cierre de la oficina de Bruselas sigue a los despidos realizados en las últimas semanas por el actual dueño y director ejecutivo de la plataforma, el magnate Elon Musk, que la dejó con solo dos empleados.
Estos dos últimos empleados se marcharon la semana pasada, en medio de la gran dimisión que siguió al ultimátum de Musk para que se adhirieran a la nueva política, que exigía el compromiso de trabajar más duro por la empresa, como han contado cinco personas conocedoras de estas marcha a Financial Times.
Aunque no está claro si se han ido de forma voluntaria, su marcha ha supuesto el cierre de una oficina que se entiende como vital para la adaptación de la plataforma a las normativas de la Unión Europea en materia de desinformación y el tratamiento del discurso del odio.
Una de esas normativas la Ley de Servicios Digitales, entró en vigor la semana pasada. De obligado cumplimiento para todas las plataformas en línea, y busca «limitar la difusión de contenidos y productos ilícitos en línea, aumentar la protección de los menores y ofrecer a los usuarios más posibilidades de elección y mejor información», como explica la Comión Europea.
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