Molino de viento
La reducción drástica del suministro del gas ruso que Von der Leyen calificó de “chantaje” no ha trastocado severamente los planes de la UE este año “gracias a la rápida reacción que tuvimos tras el ataque ruso en Ucrania” según la presidenta de la Comisión.
La UE ha actuado en varios frentes como el aprovisionamiento de gas de terceros países, la acumulación del mismo (ahora mismo el almacenaje sigue en un 90%), que el otoño ha sido benigno desde el punto de vista de las temperaturas y la apuesta determinante por energías alternativas y “por la reducción del consumo” según subrayó Von der Leyen.
El director de la AIE avaló las medidas tomadas por Europa “ante la mayor crisis energética de la historia” y defendió las que han de tomarse a partir de ahora para mejorar la eficiencia energética y reducir el consumo: mejorar el aislamiento de las edificaciones; impulsar el desarrollo de las energías renovables reduciendo drásticamente los trámites burocráticos de los proyectos; sustituir el gas por bombas de calor; revolucionar el comportamiento de los consumidores respecto al consumo de energía para que ahorren más. Y en conclusión acelerar la transición verde.
Europa da por hecho que no volverá a tener suministro de gas ruso y cree que el año próximo será peor porque una vez que en China se ha puesto fin a la política de covid cero, el gran consumidor asiático va a necesitar más suministro de gas y de otras energías, por lo que la penuria puede reaparecer el otoño próximo.
Respecto al debate sobre poner un tope al precio del gas en Europa, Von der Leyen se mostró cauta “porque es necesario encontrar un equilibrio”. La propuesta de la Comisión que se debatirá mañana martes en un Consejo de Ministros extraordinario en Bruselas prevé un tope al precio que España y otros once países consideran muy elevado, y de hecho solo una semana en el peor momento de la crisis estuvo por encima de esa cantidad.
Ahora mismo las diferencias siguen siendo enormes. La vicepresidenta y ministra española Teresa Ribera se ha manifestado varias veces contra la propuesta comunitaria y con otros once países está presionando por un precio tope más bajo. El sábado hubo una reunión de embajadores para discutir el mecanismo de corrección, pero las diferencias seguían siendo muy evidentes.
La Comisión propone que el tope se activaría cuando los precios del punto de referencia del comercio de gas al por mayor europeo, el TTF holandés, alcanzaran los 275 € por megavatio-hora durante dos semanas, si esos precios son más de 58 € por MWh más altos que los del gas natural licuado en el mercado internacional.
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