Vivienda
El fondo ha encargado para este proceso a sus dos ‘servicers’, Aliseda (propiedad de Blackstone y Banco Santander) y Anticipa (totalmente propiedad del fondo), tal y como adelanta ‘El Confidencial’.
La cartera en venta se trata de ‘unsecured loans’, es decir, de deudas sin colateral que las respalden. En concreto, se trata de colas hipotecarias, que es como se denomina al montante de un préstamo que queda cuando se ha cancelado una hipoteca y se ha vendido el colateral que la sustenta (el inmueble, en este caso).
Este proceso de venta se denomina ‘Proyecto Nebula’. Aunque el precio del nominal de los créditos es de 2.000 millones, el precio de venta que finalmente obtendrá en el mercado será inferior porque al ser créditos con problemas se negocian con un descuento ante la posibilidad de no recuperar la totalidad de los préstamos.
Los préstamos están agrupados en dos carteras diferentes. La primera de ellas es ‘Hércules’, adquirida en 2014 a la extinguida CatalunyaCaixa. El otro gran paquete de activos está agrupado bajo Quasar, donde se aglutinan los préstamos con problemas procedentes de la cartera inmobiliaria de Banco Popular.
Blackstone ha recibido ya una serie de ofertas vinculantes y se encuentra en un proceso de negociación con los potenciales compradores. El objetivo del fondo es cerrar la transacción del paquete completo y no prevé desgajarlo en diferentes carteras.
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