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Bienvenida a La Habana, Ana Marilyn Monroe de Armas

Blonde

Blonde

El filme Blonde, en uno de los cines de mayor capacidad, el Yara, otrora de los primeros en el mundo en exhibir el fracasado cinerama 3D, con tres cámaras apuntando a la cóncava pantalla.

Como suele suceder en casi todas las ocasiones, el gran público se ha pasado por alto los pareceres y dictámenes de la crítica especializada tan detallista como siempre. Y poco les importa si los plomos van al guión, la actuación, la dirección o lo extenso de la cinta porque cada cual se formará y defenderá su propio criterio.

Lo que ha primado en esta oportunidad es enfrentarse, conocer a Ana de Armas y no tanto a la famosa actriz gringa en ese bestseller de Joyce Carol Oates llevado al celuloide. Vista hasta el cansancio en su filmografía, que nunca estuvo ausente en la isla, la que se presenta ahora es otra Marilyn, más terrenal, más angustiosa con la De Armas a las ligas mayores del séptimo arte, de la mismísima Academia.

De momento, el espectador criollo no deja de tener elogios para esa cubanita formada en España y en camino al Óscar. No pocos también celebran la oportuna y sabia decisión de poner cuanto antes la cinta para disfrute de todos los interesados que se cuentan por miles.

La Habana vive un acontecimiento cinematográfico que será historia. Nadie quiere perdérselo.

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Bienvenida a La Habana, Ana Marilyn Monroe de Armas

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