Las familias llevan varios cursos organizándose para reducir o intentar hacer desaparecer los problemas en la educación pública madrileña. La principal preocupación de estos últimos años gira en torno a los centros educativos a medio construir, pero las movilizaciones no se han quedado ahí. Y en este inicio escolar las acciones vuelven a repetirse.
La vuelta a las clases en la Comunidad de Madrid ha estado rodeada de polémica debido a los colegios afectados por las obras. El Gobierno madrileño aseguró que hay 800 alumnos afectados; CCOO elevó la cifra a 15.000. Mientras, las familias se han convertido en expertas en protestas contra la Consejería de Educación.
De hecho, los encierros y las manifestaciones aparecen periódicamente incluso con las clases ya bien entradas, tal y como sucedió el año pasado. Sin embargo, el nuevo curso ha llegado de la mano de más protestas. Y eso que el cierre del año escolar se hizo con una nueva lucha, que ha llegado a un final feliz.
Así ha sucedido, por ejemplo, en el Colegio Miguel Cervantes de Getafe donde el viernes pasado, en el primer día de clases, se vivió una sentada con chalecos y cascos para evidenciar los retrasos en las obras. Las familias durante el fin de semana también celebraron un encierro de 24 horas. Meses atrás llegaron hasta a denunciar al consejero de Educación.
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Es más, el propio consejero de Educación, Rafael van Grieken, conoció directamente el sentir de las familias getafenses. Quizá no de la manera que él deseaba: su visita a las nuevas instalaciones del Colegio María Blanchard trajo consigo una sonora pitada de padres y madres de alumnos de cinco centros escolares afectados por obras en Getafe.
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El inicio escolar también está siendo anómalo para el Colegio Trabenco en Leganés. En dicho centro, los estudiantes protagonizaron hasta una huelga el primer día de clases ante la “situación insostenible e incompatible con una enseñanza de calidad”. La principal reclamación gira en torno a la falta de apoyos docentes. El conflicto se agrava al ver que el año pasado hasta un tercio de los alumnos de Primaria llegaron a presentar dificultades de aprendizaje.
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Las acciones de las familias de este centro de Leganés no se quedaron ni se quedarán ahí. Después de la huelga del viernes y de trasladar sus reivindicaciones a la sede de la DAT Sur, el AMPA Trabenco celebrará este mismo jueves una concentración a las 16:00 en el Ayuntamiento de Leganés.
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La manifestación, según explican los propios afectados, coincidirá con la celebración de un pleno donde el PP tiene pensado defender una moción a favor de la escuela concertada. Este escenario denunciado en Leganés se repite de manera calcada en Fuenlabrada donde el Colegio Carlos Cano ‘copia’ los déficits del CEIP Trabenco.
El AMPA CEIP Carlos Cano de Fuenlabrada, por el momento, ha celebrado este miércoles una asamblea para analizar la situación al ver que “carece de los recursos humanos imprescindibles para dar comienzo al curso con normalidad”. Por ejemplo, según han relatado, nueve aulas en el segundo ciclo de Educación Infantil tienen “asignado un solo maestro de apoyo”.
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No será porque no lo hayan avisado: “Desde el mes de julio la dirección del centro CEIP Carlos Cano ha solicitado en reiteradas ocasiones a la dirección de área territorial Madrid Sur, una respuesta sobre la dotación de un segundo apoyo al ciclo de Educación Infantil. No se ha obtenido ninguna respuesta”.
Esto ha provocado, según el AMPA del centro fuenlabreño, “la indignación de nuestra comunidad”. Por ello, han solicitado a la DAT Madrid Sur que “asigne de forma urgente a los maestros y maestras necesarios para la cobertura de plazas” o que llegue ese segundo profesional de apoyo, entre otras reclamaciones.
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Mientras llega esa respuesta (o no) de la Comunidad de Madrid, según han avanzado a EL BOLETÍN, las familias ya han marcado una hoja de ruta: reclamar reuniones con responsables políticos, «unificar fuerzas» con otros centros afectados y celebrar varias concentraciones protestas, llegando incluso a la Asamblea de Madrid, que el próximo jueves espera tratar este tema.
La imaginación de las familias de este centro de Fuenlabrada no se queda únicamente en estas acciones. Según se ha planteado en dicha asamblea, las caceroladas, los encierros, las marchas a la DAT -con acampadas incluídas- y hasta un escrache al consejero de Educación han aparecido en la mente de los asistentes. Paso por paso.
Todo hace indicar que el consejero de Educación tendrá que seguir viendo cómo las familias de numerosos centros públicos madrileños continúan organizándose.
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