Vietnam en casa con apagón

Cuba

Vietnam en casa con apagón

La economía vietnamita, lo reconocen expertos internacionales en la materia, es una de las más prósperas del mundo. Y con no pocos ejemplos ajenos a los efectos del imperial bloqueo gringo.

Generador de electricidad fabricado en Vietnam

Frente a mí, en un enjundioso diálogo mano a mano, cara a cara, un coronel ya retirado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Far) con el que se puede charlar y hasta discutir sobre cualquier tema que nos ocupe-preocupe a los cubanos que, si son de actualidad, resulta más complejo y necesario.

El hombre, conocido por demás, está emocionado. Me extiende su brazo con vellos en atención de un cadete de infantería como prueba irrefutable de que su estado es real y no fingido.

Su nombre no viene al caso ni le interesa que lo mencione. Muy joven estuvo en la guerra de Vietnam. El alto mando del ejército en ese entonces -y no dudo que también por obra, gracia y orden del propio Fidel Castro- fue enviado junto a otros oficiales a una misión concreta que no era la de combatir y mucho menos asesorar: aprender de los vietnamitas. Ha olvidado ya el idioma. Sólo una frase se le ha quedado como estaca en tierra: “May bay dich” (Avión enemigo).

A tono con la escena, de visita de trabajo en estos días por Cuba, el general de Ejército To Lam, ministro de Seguridad Pública, quien fue recibido por Raúl Castro, sin cargos, pero número uno en gobierno y partido a no dudar.

Como lo que tengo debajo de la mesa es lo que le ha motivado, me cuenta que no pocas veces presenció a un combatiente encima de una bicicleta común, pedaleando con fuerza y sin detenerse que ya quisieran los ciclistas profesionales disponer de esa capacidad. El objetivo no era otro que accionar un pequeño dinamo que generaba cierta electricidad que iba directamente a un pequeño foco en un quirófano de campaña.

Mira hacia debajo de la mesa y exclama:

-¡Y lo que son capaces de hacer!

El coronel, conocedor del funcionamiento de tales aparatos, lo observa con inusitado interés profesional y hasta descorre la mano sobre él como si estuviese acariciando a una mascota. Tiene ante sí un generador de electricidad de última generación fabricado en Vietnam y comercializado con éxito en EEUU.

-¡Y lo que son capaces de hacer! -repite como si antes no lo hubiese escuchado. Tal parece se está convenciendo a sí mismo.

Se sorprende cuando le explico que un jueves de apagón total en toda la isla recibo la llamada de una parienta en Miami informando que había pagado el generador y que el sábado lo tendríamos en la puerta de casa, cosa que así ocurrió en menos de 48 horas.

Poco o ningún interés le puso a tan curiosa y rápida operación comercial. Volvió con el mismo tema, pero esta vez con otro elemento en tono lastimero:

-Lo que son capaces. Y nosotros sin querer aprender de ellos.

La economía vietnamita, lo reconocen expertos internacionales en la materia, es una de las más prósperas del mundo. Y con no pocos ejemplos ajenos a los efectos del imperial bloqueo gringo.

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