Turquía, Argentina, Indonesia… la sombra de la crisis planea sobre los mercados emergentes

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Turquía, Argentina, Indonesia… la sombra de la crisis planea sobre los mercados emergentes

Las tensiones geopolíticas, las guerras comerciales y el aumento de los rendimientos en los bonos estadounidenses ha llevado a algunos analistas a preguntarse si se avecina una tormenta en los mercados emergentes.

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La combinación de tensiones geopolíticas, la amenaza de guerras comerciales, el aumento de las rentabilidades en la deuda soberana estadounidense y sucesos recientes en Turquía, Argentina e Indonesia están llevando a algunos inversores a preguntarse si se avecina una nueva tormenta en los mercados emergentes y si su momento ‘dorado’ ha llegado a su fin. Estos mercados han sido en los últimos años objetivo de los inversores, que buscaban rendimientos lejos de los países desarrollados donde los tipos se redujeron al mínimo para ayudar a la recuperación de las economías tras la crisis financiera de 2008.

“La capacidad de recuperación parece haber alcanzado un punto de inflexión con la poderosa combinación de bonos del Tesoro de EEUU a diez años alcanzando la cota psicológica del 3%, las crecientes tensiones comerciales y un dólar estadounidense en general más sólido”, apunta en un informe Alejandro Hardziej, analista de renta fija de Julius Baer.

La profesora de Harvard Carmen Reinhart sostiene, según recoge Bloomberg, que la creciente carga de la deuda, las batallas comerciales, el aumento de las tasas de interés y el estancamiento del crecimiento han vuelto a los mercados emergentes más vulnerables que en vísperas de la crisis financiera de 2008. Más duro se muestra Paul Krugman que ve algunas similitudes con la crisis financiera asiática de fines de la década de 1990.

Uno de los países que mayor problema plantea para el futuro inmediato de los emergentes es Turquía. Alex Duffy, gestor de Fidelity de mercados emergentes, explica que la economía está recalentándose, la inflación es de dos dígitos y presenta un déficit doble -presupuestario y por cuenta corriente- siendo además un importador neto de crudo. “Eso provoca que el país sea propenso a sufrir picos de inflación cuando el precio del petróleo sube, lo que trae consigo fuertes descensos de la lira y la necesidad de subir los tipos de interés”, señala Duffy.

“Sin embargo, con un presidente populista, un banco central que parece haber perdido la independencia y unas elecciones a la vuelta de la esquina, el gobierno parece reacio a subir los tipos y dañar el mercado laboral”, afirma el analista de Fidelity. “Esta vacilación ha puesto más presión sobre la lira, lo que ha agravado los desajustes cambiarios en los balances empresariales y, a su vez, ha debilitado aún más la moneda. La decisión tardía del banco central de subir los tipos de interés con fuerza para defender su moneda probablemente obligue a la economía a realizar un doloroso ajuste”, añade este experto.

En la misma línea, el departamento de análisis de Bankinter destaca que “la reciente apreciación del dólar está afectando a las divisas de muchos emergentes y Turquía es un buen ejemplo de ello, en un contexto en el que cuenta con un déficit exterior muy elevado y una intervención política de la economía que parece dirigirse al aislamiento”. El 24 de junio el país celebra unas elecciones que serán “determinantes para el futuro de su economía”, destacan estos analistas.

Otro foco de conflicto está en Argentina. En opinión de Duffy, este país “necesita una regeneración profunda de sus instituciones e infraestructuras antes de que se pueda considerar verdaderamente una oportunidad de inversión viable y largo plazo. Partiendo de una base tan baja, siempre se encontrarán oportunidades, pero un cambio de presidente y algunas declaraciones sobre reformas económicas no equivalen a un cambio económico profundo y real; en este sentido, nunca hubo ninguna garantía de que las reformas económicas del nuevo gobierno pudieran ponerse en marcha”, explica Duffy.

A principios de este mes, el presidente argentino Mauricio Macri se vio obligado a entablar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) después de que el peso argentino se devaluara un 15% frente al dólar en apenas 15 días, en un país en que además la inflación alcanza el 25%. El Ejecutivo atribuyó el desplome de la divisa a la coyuntura internacional, si bien es la moneda argentina la que más valor ha perdido frente al billete verde.

Indonesia también ha sufrido presión vendedora desde las elecciones en Yakarta, ganadas por un candidato ajeno al partido en el gobierno. Este hecho, según el analista de Fidelity, hace más probable que el gobierno tome medidas de corte populista para recabar apoyos de cara a las próximas elecciones. Por lo demás, la situación que está dándose en Indonesia es similar a la de Brasil, donde el ascenso de los rendimientos de la deuda estadounidense a diez años está restando atractivo a la deuda en moneda local, el real ha caído estrepitosamente y el banco central ha dejado de recortar los tipos a resultas de ello.

Pese a la delicada situación que atraviesan estos países, Duffy recuerda que China es el principal protagonista para los mercados emergentes y mientras todo vaya bien en el gigante asiático, la tormenta no irá a más. “Los problemas de deuda en China están relativamente bien contenidos en algunas partes del mercado: empresas estatales y empresas privadas ineficientes. El principal riesgo es un tropiezo en la política económica”, explica el gestor de Fidelity.

“Las cuentas públicas de los países emergentes son, en conjunto, mucho más sólidas que en ciclos anteriores porque muchas economías clave han reducido su deuda en dólares y han acumulado reservas en esta divisa”, añade Duffy. “Eso permite a la mayoría de bancos centrales y gobiernos poner en marcha medidas anticíclicas y proactivas para dar apoyo a sus economías internas en periodos de tensiones. La situación que se vive en Turquía está mucho menos extendida de lo que ocurrió en la década de 1990 y los primeros años 2000. Indudablemente existen riesgos a tener en cuenta y el mercado sí parece querer decirnos algo, sobre todo en Indonesia y Brasil, pero es demasiado pronto para considerarlo una crisis cambiaria en toda regla en los mercados emergentes, a menos que algo malo le ocurra a China”, concluye el analista de Fidelity.

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