Señor presidente de los Estados Unidos de América, cómo nos gustaría compadecerle al saber que ha dado positivo por coronavirus, noticia que contradice sus bravuconadas negacionistas y castiga su comportamiento ajeno a todas las prevenciones y mascarillas.
Ahora tendrá ocasión de probar el efecto salutífero de la lejía que tanto recomendaba a sus hinchas. Tal vez, aumentando la dosis a ingerir, tengan sus males remedio y pueda de nuevo deleitarnos con la elegancia dialéctica de la que hizo gala en el debate tabernario con su rival Joe Biden. Vale.